El gol que dio la tranquilidad frente al Getafe le puede servir a Roberto Torres para recuperar una titularidad que inexplicablemente perdió al inicio de la segunda vuelta después de que marcase en el Benito Villamarín. Solo la confianza ciega que tiene depositada Javi Gracia en De las Cuevas y Armenteros puede explicar esta situación, en la que el de Arre ha sido el principal damnificado sin que su nivel de juego haya dado pie a que se le sentase en el banco.

Al contrario, el escaso rendimiento que están ofreciendo en las últimas jornadas tanto el alicantino -sumado a su lesión- como el argentino, para las cualidades que atesoran, debería haber dado lugar a alguna que otra variación en la línea de tres que juega por detrás del delantero. Ahora, la dolencia del primero y el cuarto gol de Torres -ya es el segundo anotador de la plantilla- deben ser argumentos suficientes para que el canterano regrese al equipo titular.

Como sucede en estos casos, el interesado prefirió ser cauto al respecto, a la espera de que sea el técnico quien decida su inclusión o no en el once. «Es cierto que hay más posibilidades por el hecho de que se haya lesionado Miguel (De las Cuevas), es en ese puesto donde más he jugado, pero es el míster quien sabe si es mi oportunidad o no. Lo cierto es que estoy preparado para competir y aunque sí que podía haber tenido algún minuto más, cuando jugaba no me quejaba y ahora no tengo por qué hacerlo», especificó.

Torres achacó a la «mucha competencia» y al nivel de los contrincantes por el puesto el que no haya dispuesto de más ocasiones para demostrar su calidad. «Sé que en mi puesto están los mejores del equipo y por eso no le he dado más vueltas». Su acierto del pasado domingo al mediodía podría facilitar las cosas. «Tenía ganas de meter un gol, de volver a ver la cara bonita del fútbol porque llevaba unas cuantas jornadas sin jugar y encima el equipo estaba mal, lo que repercute en todos», subrayó el futbolista navarro.

Un tanto no exento de cierto debate por el hecho de que el canterano optó por resolver él mismo en el cara a cara con Moyà, en lugar de cederle la pelota a Armenteros, quien también corrió el contragolpe. «Al llegar a vestuarios, los compañeros ya me estuvieron vacilando. Armenteros no me comentó nada, aunque ya le dije que sabía que se la debía haber pasado, pero que entendiese que necesitaba marcar para mi con- fianza. Arribas -fue quien le lanzó el envío largo- me aseguró que, de no haberla metido, me hubiese dado unas cuantas collejas», confesó entre risas. «Quizás si hubiésemos ido 0-0 habría elegido otra opción, pero confío mucho en mí y sabía que el portero estaba vendido, lo importante es que acabó en gol», amplió su explicación.

Cuatro o cinco victorias

Ese 2-0 ha servido para que el equipo rojillo ponga cierta tierra de por medio respecto al descenso, ahora situado a cuatro puntos, y evitar meterse nuevamente en problemas, si bien la lucha por la permanencia continúa. Pasado mañana hay otra nueva refriega deportiva en Elche. «Es otro partido como el del domingo pasado. El equipo se está encontrando otra vez con buenas sensaciones y vamos a ir con la moral muy arriba. Los puntos van a ser muy importantes porque otros rivales directos, como el Rayo y el Valladolid, visitan a adversarios muy complicados, caso del Barcelona y Atlético, respectivamente», comentó.

Ganar en el Martínez Valero sería descontar uno de los «cuatro o cinco triunfos más que creo nos van a hacer falta para salvarnos. Estamos muchos metidos en el hoyo y parece que harán falta menos puntos de los habituales para conseguir la permanencia, pero eso irá partido a partido y ahora hay que ganarle al Elche, que es un rival de nuestra liga».

No le quedó un buen recuerdo a Torres del encuentro de la primera vuelta, cuando Botía le propinó un codazo que le dejó más de un mes en el dique seco. «Lo dije en su momento, no se portó del todo bien, bastaba un simple mensaje, pero mi intención no es ahora ni mucho menos tomarme la justicia por mi mano, está olvidado», sentenció.