@zalduariz
Iruñea

40 años de Polisario

Este mes de mayo se celebra el 40º aniversario del nacimiento del Frente Popular de Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro, más conocido por su acrónimo: Frente Polisario. Cuatro décadas de lucha, primero contra el Estado español y luego contra Marruecos, en un territorio que la ONU todavía clasifica como «pendiente de descolonización».

Imagen de archivo de tropas del Frente Polisario en los territorios liberados cercanos a Tifariti. (SAHARAUIAK)
Imagen de archivo de tropas del Frente Polisario en los territorios liberados cercanos a Tifariti. (SAHARAUIAK)

«La lucha del pueblo saharaui no nace con el Frente Polisario», destaca, antes de empezar, el delegado del Polisario en Nafarroa, Badadi Benamar. «Antes de llegar los españoles, los saharauis ya habían combatido los intentos de ocupación de portugueses, franceses e incluso ingleses», subraya, situando el precedente más inmediato del Polisario en el Movimiento Avanzado para la Liberación del Sahara, creado en 1968. «Este movimiento culminó el 17 de junio de 1970, cuando la Legión reprimió una manifestación a favor de la descolonización, causando decenas de muertos y centenares de heridos y detenidos», añade.

Aquel día, según Benamar, «se rompió la dinámica del diálogo» y se abrió un proceso de reflexión cuya conclusión fue que «al colonialismo hay que responderle con su mismo lenguaje». De esta manera, «los jóvenes que habían formado parte del Movimiento Avanzado decidieron, el 10 de mayo de 1973, crear el Frente Popular de Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro», prosigue el relato, añadiendo que «10 días después, un grupo armado rudimentariamente atacó una posición del Ejército español en el noreste del país, quedándose con el armamento y entregando una carta para notificar a las autoridades que el autor de acción era el Frente Polisario».

A partir de ese momento, con el franquismo en sus últimos estertores, los acontecimientos se precipitan. Tal y como relata el delegado en Nafarroa, «España no entiende el mensaje lanzado por el Polisario» y con Franco en su lecho de muerte, «traiciona a los saharauis y a la legalidad internacional, abandonando el territorio sin recursos y sin estatuto legal, y dejándolo en manos de Marruecos y Mauritania». Una decisión en la que Benamar destaca el papel del entonces príncipe Juan Carlos Borbón, gran responsable de la decisión española, bajo la ayuda y la influencia de la política exterior de EEUU, dirigida entonces por el secretario de Estado Henry Kissinger. «Para nosotros, aquello fue dramático», recuerda.

La guerra contra Marruecos y Mauritania

Tras los acuerdos de Madrid entre los Estados español, marroquí y mauritano comienza la ocupación efectiva del Sahara Occidental, acompañada del éxodo masivo de sahararuis al desierto, mientras son perseguidos y bombardeados sobre todo por tropas marroquíes. «Entonces empieza también la guerra del Polisario contra Marruecos y Mauritania», subraya Benamar. «Mauritania, con un Ejército y un Estado débil, no tarda en darse cuenta de que no tiene nada que hacer en el Sahara», añade, explicando que rápidamente el país al sur del Sahara firma la paz con el Polisario y reconoce oficialmente a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), nacida el 27 de febrero de 1976.

La guerra con Marruecos sigue durante años, con incursiones del Polisario en territorio marroquí y con la instalación de los refugiados sahararuis en Tindouf, en pleno desierto argelino. Benamar asegura que «al Ejército marroquí le era imposible controlar un sitio que no conocían» y que las acciones del Polisario se multiplicaron hasta que Marruecos decidió, a principios de los 80, empezar a construir –con ayuda israelí y sudafricana– el muro de más de 2.700 kilómetros que separa los territorios ocupados de los territorios liberados. «Entonces empieza otra etapa», sentencia Benamar, que explica que tuvieron que cambiar de «una táctica de guerrilla móvil a una estrategia combinada con artillería y carros de combate». Pasado un tiempo, sin embargo, el Polisario acreditó su capacidad para violar el muro marroquí, convirtiendo en inviable el mantenimiento de 160.000 soldados marroquíes a lo largo del muro.

Proceso congelado

Así las cosas, en 1988, el Polisario y Marruecos firman un plan de paz a instancias de la ONU y la Unión Africana, que comenzaba con el alto el fuego y culminaba con la celebración de un referéndum de autodeterminación que debía celebrarse en 1992. Un plan para el que en 1991 se creó la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental (MINURSO). Pero según el relato del delegado en Nafarroa, «Marruecos no tardó en darse cuenta de que el plan iba en contra de sus intereses, porque los saharauis nunca elegirían integrarse en Marruecos». Comenzó entonces el bloqueo del proceso por parte marroquí, con provocaciones militares e intentos de alterar el censo en los territorios ocupados.

Un bloqueo que llega hasta el día de hoy, con el proceso de paz y autodeterminación totalmente congelado y con los refugiados cumpliendo 38 años en los campamentos de Tindouf –en el siguiente texto analizamos el presente y los posibles futuros del Sahara–. Mientras tanto, el Estado español se lava las manos, pese a ser, según la propia ONU, la potencia colonizadora responsable del proceso de descolonización todavía pendiente. Benamar tiene una sencilla prueba de ello. En su DNI actual que acredita su nacionalidad española se puede leer que es de la «provincia de Sahara».