El Ejecutivo francés confirmó ayer que asume el informe de expertos que aconsejan posponer la construcción del TAV en el tramo Burdeos-Hendaia al menos hasta el año 2030, y parar la conexión por la parte central del Pirineo unos 20 años más.

El Gobierno de Lakua ha querido restar importancia a la decisión de París y, a través de un comunicado difundido hoy, el Departamento de Medio Ambiente y Política Territorial ha destacado que el replanteamiento de plazos «afecta igualmente a otros trazados que se reprograman con una prioridad similar al dirigido desde la capital aquitana a ambos lados del País Vasco».

El Departamento que dirige Ana Oregi señala que mantiene los plazos de ejecución de las obras tal y como están previstos e insta a los gobiernos español y francés a «llevar a cabo todas las acciones necesarias que garanticen la puesta en servicio de una línea ferroviaria de altas prestaciones que unan la península hasta París por la ruta natural, tanto por longitud como por tiempos de viaje».

La «prioridad absoluta» de Lakua es, según indica en la nota, «culminar el acceso de ancho internacional [el utilizado por la «Y» vasca] hasta la muga para romper el actual aislamiento ferroviario y por ello el Gobierno vasco tiene muy avanzadas las obras para que sea realidad dentro de muy pocos años».

La propia consejera de Medio Ambiente, Ana Oregi, admitió el pasado 12 de junio que las obras del TAV entre Astigarraga e Irun se retrasarán, sin fecha.