«La victoria de la democracia, la disolución incondicional de ETA y la derrota definitiva del terrorismo, con todas las consecuencias, es el único final aceptable de esta historia. Y juntos, codo con codo, con nuestros compañeros del PP en el País Vasco, con Arantza Quiroga al frente, vamos a poner como siempre todo nuestro empeño para conseguirlo». Con estas palabras, el presidente español, Mariano Rajoy, ha lanzado hoy un explícito mensaje de apoyo al PP de la CAV.

Tras la referencia de Rajoy, Quiroga ha recibido la ovación de las personas congregadas en el Auditorio Miguel Delibes de Valladolid, donde la formación derechista celebra su convención desde el pasado viernes.

Esta, junto al recuerdo hacia las víctimas de ETA, han sido las dos únicas menciones del presidente español hacia Euskal Herria. Un pronunciamiento que debe de ser entendido en clave interna, después de que exmiembros del PP como José Antonio Ortega Lara fundasen Vox para atraer al voto más ultra y que organizaciones como la AVT, habitualmente en la órbita de Génova, hayan comenzado a cuestionar la política del Gobierno respecto al nuevo ciclo vasco.

El apoyo a los miembros del PP de la CAV, cuestionados desde los sectores más a la derecha -con gritos incluso de «traidores» o «asesinos» durante la concentración de la AVT celebrada en noviembre- ha sido una constante durante todo el cónclave. Solo faltaba el aval expreso del presidente, que se ha producido durante su última intervención.

Previamente, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, también hacía una referencia al colectivo de víctimas de acciones armadas recitando uno de los puntos del manifiesto con el que concurrirán a las elecciones europeas.

«Reforzaremos los instrumentos contra el crimen organizado e intensificaremos los mecanismos de lucha contra el terrorismo, manteniendo siempre firme, más que nunca, nuestro apoyo y reconocimiento a las víctimas».

En un discurso muy triunfalista, centrado en las cuestiones económicas, Catalunya ha sido el otro foco abordado por Rajoy. Ha insistido en su defensa de la «unidad de España» apelando a razonamientos como «todos somos españoles». «Somos la nación más antigua de Europa, la primera que logró su unidad», ha reiterado, enrocado en su «no» a una consulta pero sin plantear alternativas al proceso desarrollado en el Principat más allá del «cumplimiento de la ley».