Álvaro HILARIO
BILBO

La importancia de llamarse Yoko Ono

Cerca de doscientas obras componen «Half-A-Wind Show», retrospectiva única que resume cinco décadas de trayectoria creativa de Yoko Ono que, desde hoy y hasta el 1 de setiembre, acoge el Guggenheim de Bilbo. La expectación generada entre los medios de comunicación, hace pensar a los rectores de la institución bilbotarra en un gran aumento de las visitas el próximo verano.

Yoko Ono, en el Museo Guggenheim. (Marisol RAMIREZ/ARGAZKI PRESS)
Yoko Ono, en el Museo Guggenheim. (Marisol RAMIREZ/ARGAZKI PRESS)

Ninguna inauguración de las muchas exposiciones albergadas por el Guggenheim-Bilbao en sus 15 años de existencia había despertado tanta expectación entre los medios de comunicación como la generada por «Half-A-Wind Show», retrospectiva dedicada a los más de cincuenta años de trayectoría artística de Yoko Ono (Tokio, 1933) a quien Juan Ignacio Vidarte, director general del Guggenheim, ha definido como «pionera en el arte conceptual, experimental, de las formas, y figura clave en el mundo de la música».

Doscientas obras, que van desde las artes plásticas, el dibujo y la música a las instalaciones, el cine y las performances, componen esta exposición donde todos los temas y obsesiones de Yoko Ono –el absurdo, el feminismo o el pacifismo– tienen su lugar.

El resultado es un variado mosaico útil tanto para observar la evolución del trabajo de Ono como para contextualizar prácticas artísticas contemporáneas –como instalaciones y performances– que tienen en la artista japonesa uno de sus máximos referentes históricos.

Diferente a lo anterior

«Me encanta este museo mucho más que el que tenemos en la ciudad de Nueva York. En aquel solo veo el ego del arquitecto, pero no aquí, donde cada pared nos da calor, nos da la bienvenida», ha dicho Yoko Ono.

Refiriéndose a la retrospectiva en si, fruto de un año de trabajo por parte de los comisarios y sus respectivos equipos, ha señalado que «todo ha sido increíble; todo parece diferente aquí; tengo mucha suerte de tener mi obra aquí».

No en vano, el comisario Álvaro Rodríguez Fominaya había señalado con anterioridad que esta restrospectiva, donde ha destacado, por ejemplo, la renovada y participativa «Moving mountains» (una instalación de 2013 que incluye sonido y unos sacos para que los visitantes creen paisajes introduciéndose en ellos) es «muy diferente a todas las anteriores».