Bouhanni, que ya ganó en la cuarta etapa, se impuso en un cerrado esprint, con un tiempo de 5 horas, 16 minutos y 5 segundos, para culminar una jornada marcada por una escapada que murió a apenas dos kilómetros de la meta.

La etapa comenzó con 190 corredores, tras los numerosos abandonos que se han producido durante las seis primeras jornadas, entre ellos el de uno de las grandes favoritos, el catalán Joaquim Rodríguez. El líder del Katusha ha tenido que retirarse por una caída sufrida el jueves que le dejó tres costillas y un dedo fracturados. El Katusha también ha perdido al italiano Giampaolo Caruso, con esguince cervical, y al aragonés Ángel Vicioso, con una fractura de fémur que le hará pasar por el quirófano.

Tras algunos intentos que se quedaron en nada, la séptima etapa comenzó a animarse en la primera dificultad montañosa del día, el Valico di Aricnazzo, cuando lanzaron un ataque cinco corredores: los colombianos Robinson Chalapud (Colombia) y Winner Anacona (Lampre-Merida), el español José Herrada (Movistar), el alemán Bjorn Thurau (Europcar) y el italiano Nicola Boem (Bardiani-CSF).

Este quinteto fue paulatinamente abriendo hueco hasta gozar de un margen de cerca de nueve minutos. En vista de que el hueco abierto ya empezaba a ser preocupante, con aún más de cinco minutos de renta a falta de cincuenta kilómetros para la meta, el pelotón comenzó a ponerse manos a la obra, liderado principalmente por el Orica-GreenEdge de Michael Matthews.

El ritmo impuesto por el equipo del líder, con la colaboración de los conjuntos que querían un desenlace al esprint, acabó con la aventura de los escapados, a apenas dos kilómetros de la meta.

En la llegada, el Orica-GreenEdge lanzó el esprint para el líder, pero Bouhanni fue el más fuerte en la meta, mientras Matthews entró cuarto.

Mañana sábado, se disputa la octava jornada, de 179 kilómetros entre Foligno y Montecopiolo, un final en un alto de Primera categoría. Página especial de Naiz.info.