Se cumplen 40 años desde que la selección holandesa enamorase al mundo con su juego en el Mundial disputado en la entonces República Federal alemana. El equipo dirigido por Rinus Michels y liderado por Johan Cruyff desarrolló el conocido como «fútbol total». Un estilo dinámico basado en la versatilidad de los futbolistas, capaces de intercambiar de forma constante sus posiciones, dominar casi por completo la posesión del balón, practicar un juego combinativo, ejercer una gran presión sobre el rival para recuperar la pelota, incorporaciones constantes de los laterales y un portero hábil para jugar con los pies. Con estas características y su llamativa elástica naranja, la selección holandesa pronto fue bautizada como la «naranja mecánica», aprovechando la fama que había cosechado tres años la película dirigida por el director Stanley Kubrick.

Holanda se quedó a las puertas de ganar la Copa del Mundo. Vapuleó a Brasil, Argentina o Uruguay, pero en la final se topó con los anfitriones. Pese a adelantarse en el primer minuto sin que los germanos consiguieran tocar el balón, los tantos de Breitner y Gerd Müller dieron la vuelta al marcador. El exceso de confianza, la habitual solidez germana o la falta de un guardameta de garantías -Cruyff estaba fuertemente enfrentado a Jan van Beveren, mítico portero del PSV, y Jongbloed sería el titular- fueron algunos de los argumentos esgrimidos para explicar la derrota de un equipo que parecía imbatible. Sin embargo, cuatro décadas después, aquel deslumbrante conjunto holandés continúa siendo una de las grandes referencias, inspirando a numerosos técnicos.

«El general»

Rinus Michels fue un entrenador estricto y llegó a ser conocido como «el general». Pese a la rigidez y látigo que aplicaba en el vestuario, fue precursor a la hora de permitir que las parejas de los futbolistas acudiesen a la concentración o tolerante con el consumo de tabaco. Y es que por ejemplo Cruyff era un fumador empedernido. Pese a que muchos le atribuyen el ser inventor del totaalvoetbal, su librillo futbolístico bebió de varias fuentes. La primera de ellas fue Jack Reynolds, entrenador inglés que dirigió al Ajax durante 28 años -divididos en tres etapas-, siendo en la última de ellas en la que entrenó al todavía jugador Michels. La figura de Reynolds despierta un enorme respeto en Holanda, ya que tras la invasión nazi del país fue internado en un campo de concentración en Polonia.

Otra de sus referencias era el húngaro Guzstav Sebes, técnico de los magiares mágicos de Puskas, Czibor o Kocsis. La irrepetible selección de Hungría que ganó el oro en los Juegos de Helsinki, fue el primer combinado de fuera de las islas en ganar en Wembley y que perdió la final del Mundial de 1954 también ante Alemania en el conocido como «milagro de Berna».

Tampoco rehusó fijarse en preparadores coetáneos como eran el rumano Stefan Kovacs, técnico que le sustituyó en el Ajax, logrando dos Copas de Europa para los ajaccied y que posteriormente también dirigió a la selección francesa, sentando las bases del histórico combinado que comandó Michel Platini. Otro entrenador de enorme influencia en el fútbol holandés fue Ernst Happel.

El austriaco estuvo al mando del ADO La Haya y el Feyenoord, ganando la orejona con los de Rotterdam. Tanto Michels como Happel llevaron a la selección holandesa a la final de la Copa del Mundo durante dos torneos consecutivos. Pese a la calidad de los jugadores, no era fácil dirigir aquel grupo lleno de egos e individualidades. Prueba de ello es que entre ambos campeonatos la Federación colocó a Jan Zwartkruis como entrenador, un coronel del ejército que había dirigido al equipo de las fuerzas armadas. Algo que evidentemente chocó con el carácter de muchos de los futbolistas.

Catorce años después de la derrota en el Mundial de 1974, Michels pudo tomarse la revancha también en Alemania. Fue en la Eurocopa de 1988, torneo en el que Holanda superó al equipo local en una tensa semifinal en el viejo estadio de Hamburgo. La prensa neerlandesa se encargó de calentar el partido recordando incluso el robo y prohibición del uso de las bicicletas durante la ocupación germana. Talentos como Gullit, Rijkaard, Van Basten o Ronald Koeman fueron capaces de lograr lo que a sus antecesores se le había escapado, un gran título.

Tres escuelas y estilos diferentes

El fútbol holandés tiene tres grandes escuelas, las del Ajax, PSV y Feyenoord, estilos diferentes y que no siempre resulta sencillo conjugar. Asimismo, desde el equipo de 1974, la incorporación de futbolistas procedentes de las colonias, islas de ultramar o descendientes de la inmigración ha aumentado de forma exponencial en la selección, produciéndose una mixtura que ha ido enriqueciendo la idea desarrollada por Michels.

Fallecido en marzo de 2005, el exseleccionador dejó una importante huella en los futbolistas. De los 22 convocados para el Mundial de hace cuatro décadas, un total de 12 han ejercido labores de entrenador. Otros tantos de los citados para la Eurocopa de 1988 también se han sentado en un banquillo. Pese a que el éxito de todos los antiguos pupilos de Michels no ha sido el mismo, su legado se pudo observar en las pizarras de Johan Cruyff o Frank Rijkaard.

Los tres entrenaron al Barcelona, al igual que el actual seleccionador Louis van Gaal, una saga holandesa que impuso la figura del medio organizador, hoy marca de la casa en La Masia. Uno de aquellos `4' fue Pep Guardiola, encargado de modernizar y desempolvar la esencia del fútbol total durante su etapa como míster del conjunto blaugrana. «Las ideas son de todos y yo he robado lo máximo posible» es una de las frases más significativas del técnico catalán.

Otros técnicos con éxito

Además de los cuatro exentrenadores de los culés, otros técnicos holandeses han conseguido enormes éxitos en diferentes conjuntos de todo el mundo. Es el caso de Beenhakker, Hiddink, Advocaat o Van Marwijk. Otros como Co Adriaanse, además de dirigir al Ajax o al Oporto, han centrado sus esfuerzos en el fútbol formación, y es conocida su admiración por el trabajo que se desarrolla en Lezama, llegando a señalar a José Mari Amorrortu que su impresión sobre el conjunto rojiblanco era de que «ustedes de la debilidad hacen una fortaleza». Fuera de Europa, Bielsa o Sampaoli son grandes admiradores de la corriente del fútbol total, siempre con sus matices particulares.

La cadena tulipán no se detiene, exjugadores de los noventa como Seedorf y Frank de Boer dirigen a Milan y Ajax respectivamente, a la espera de que les llegue su oportunidad en la selección. De momento tendrán que ser pacientes, ya que el elegido para reemplazar a Van Gaal es Guus Hiddink, que ya dirigió al combinado naranja en la Euro de 1996 y el Mundial de 1998. Posteriormente, triunfó al mando de las selecciones de Corea del Sur, Australia o Rusia.