Dabid LAZKANOITURBURU
DONOSTIA

El PT vence en las elecciones por partida doble

Rousseff ha tenido que enfrentarse a un bocadillo electoral en el que le atacaban a diestra y siniestra. La exguerrillera no ha vencido a uno sino a dos rivales.

Frente a los análisis interesados que destacan la pírrica ventaja de tres escasos puntos de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, sobre su contrincante, la victoria de la candidata del PT y «exterrorista» es histórica.

Y no solo porque el Partido de los Trabajadores bate, aunque sea por la mínima, el récord de haber ganado cuatro elecciones consecutivas. El verdadero mérito es que ha sido capaz de desasirse del tijeretazo le había preparado la coalición entre el empresariado de Sao Paulo y los todavía todopoderosos terratenientes de ese inmenso subcontinente.

Y es que, frente al sindicalista Lula, que solo tuvo enfrente a la derecha (que se autotitula como socialdemócrata y tiene el control de los grandes medios de comunicación brasileños y extranjeros, como el caso de «El País» español), Roussef ha tenido que enfrentarse a un bocadillo electoral en el que le atacaban a diestra y siniestra.

La exguerrillera torturada ha vencido no a uno sino a dos rivales. En primera vuelta a Marina Silva, exministra de Medio Ambiente de Lula y que lo abandonó revistiéndose de una aureola ecologista y anticorrupción y con la que intentó el asalto al Palacio do Planalto al calor de las protestas del verano de 2013 en Brasil.

Dilma Roussef logró dejar en evidencia una candidatura, la de Silva, que pagó su inconsistencia política y sui incontinencia ideológica con su tercer puesto en la primera vuelta, que aupó, ahora sí, al liberal confeso Aecio Neves a la segunda vuelta.

Despechada, Marina Silva no dudó en ofrecer su apoyo evangelista al candidato de la derecha «socialdemócrata». Lo que no le ha bastado para ganar.

El cuarto triunfo del PT es una inmejorable noticia para el soberanismo latinoamericano y para la izquierda mundial. Lo que no obsta para tomar nota de los problemas que aquejan a los modelos alternativos latinoamericanos, desde Argentina a Venezuela pasando por Uruguay.

En el caso de Brasil, algunos elementos apuntan a una crisis del modelo BRICS (economías emergentes) al que el PT fió hace 12 años el futuro del desarrollo del país. La inflación galopante y la recesión técnica -insisto, sólo técnica- serían manifestaciones de esta crisis.7

Pero como dijo hace tiempo un político elgoibarrés a quien conviene seguir leyendo, «¿alguien dijo que fuera a ser fácil?», ¿incluso en Brasil?

El PT ha ganado las últimas cuatro presidenciales, que no es poco. Y el reto por delante es inmenso, más con un parlamento escorado hacia la derecha. Por de pronto, el PT tiene otros cuatro años para consolidar y profundizar en los logros políticos. Que no es poco. Sobre todo para el sufrido pueblo brasileño.