Oihane LARRETXEA

La consulta sobre el agua lleva a las urnas con éxito a los regantes de Lerín

Los regantes de Lerín, en Nafarroa, debían expresar ayer en las urnas cómo quieren regar sus pequeñas tierras: si a través del sistema tradicional, con agua del río Ega por la que apenas pagan, o con agua del Canal de Navarra, procedente de Itoitz y más cara. Al cierre de esta edición el recuento no había terminado; la alta participación había obligado a prolongar el tiempo para votar en una consulta sin precedentes, al ser el primer municipio afectado que lo hacía.

Los 1.100 regantes de Lerín, en Nafarroa, votaron ayer en una consulta convocada a tal efecto para expresar si deseaban adherir el sistema de riego de sus tierras al Canal de Navarra o, por contra, prefieren mantener el Regadío Tradicional, amparado por derechos centenarios y que abastece las pequeñas propiedades gracias al agua del río Ega.

La participación fue rotunda, y la afluencia de la gente fue constante durante toda la jornada. Eso evidenció la relevancia que el asunto tiene en el municipio navarro. Al cierre de esta edición se desconocía el resultado porque el recuento aún no había finalizado. Estaba previsto que a las 20.00 cerraran las urnas, pero a la vista de todas las personas que aún no habían depositado su voto, los convocantes, la Junta de Regantes de Lerin, decidieron prolongar el tiempo para hacerlo.

Las personas con derecho a voto son en su mayoría pequeños agricultores y personas mayores que trabajan sus tierras para consumo propio. La concesión para el regadío se remonta al siglo XIV, en la zona de Los Huertos y se fue ampliando hasta finales del siglo XVIII, cuando adquirió una superficie similar a la actual, unas 7.500 robadas equivalentes a 650 hectáreas. Este convenio les permite abastecer sus propiedades por 8 euros la robada -una robada corresponde a unos 898m2- al año. Precisamente, el elevado precio de agregarse al Canal de Navarra es el motivo por el que la ciudadanía adelantaba molesta ayer a pie de urna que votaría en contra.

Un agricultor contó a GARA que aún no tienen claro cuánto tendrían que pagar si se diera el cambio porque «no nos concretan absolutamente nada», se quejó. Este regante hablaba de entre 40 y 50 euros la robada al año, una cuantía que consideró «inasumible» porque no viven de lo cultivado. Su preocupación de que la tierra le genere deudas era evidente. «Con la concesión actual, con el agua que nos llega ahora nos basta y nos sobra», zanjó.

También se fijó de forma inevitable en las localidades que se abastecen a través del Canal, y denunció que les ha sido incrementado el precio inicial más de un 100%. Consuelo Otxoa, miembro de la Plataforma en defensa del Regadío Tradicional, añadía en este sentido que la inversión de 3,5 millones de euros es demasiado ambiciosa para un municipio tan pequeño como Lerín, que cuenta con unos 1.700 habitantes. Las personas con derecho al voto declararon ayer que es una forma de privatizar el agua.

Agua de Itoitz para 2018

Lerín ha dado un ejemplo con esta consulta, al ser el primer municipio navarro afectado por el cambio en el abastecimiento en hacerlo. El Gobierno navarro aseguró días antes que respetaría el resultado de las urnas, pero los agricultores no se fían hasta que no lo vean. «Nos han dicho tantas cosas, que no sabemos qué creer», declaraba uno de ellos, al que le hubiese gustado que las instituciones hubieran pulsado el sentir. «¿Qué les cuesta consultar antes de hacer nada?», se preguntó. En función del resultado de la consulta se decidirá si el municipio se incluye o no en el proyecto de ampliación de la primera fase del Canal de Navarra que proyecta para mediados de 2018 llevar el agua de Itoitz a las riberas de los ríos Ega y Arga a lo largo de 15 términos municipales.

Ecologistas denuncian en los juzgados la ampliación del Canal

Grupos ecologistas han presentado una denuncia por el incumplimiento de la Declaración de Impacto Ambiental en la ampliación del Canal de Nafarroa, porque, si bien en el proyecto de ampliación de la primera fase se establece que «para cada una de las zonas de los sectores de regadío, y antes de las bases de concentración, se redactarán los correspondientes estudios de afecciones ambientales», aseguran que la Dirección General de Desarrollo Rural ha aprobado la concentración parcelaria correspondiente a Larraga, Berbinzana y Miranda de Arga sin haber publicado el estudio de afecciones ambientales, «del que no existe ningún borrador accesible al público, y por supuesto sin haber información públicamente».

GARA