‘Nafarroak erabaki-Un nuevo tiempo para Navarra’ es el nombre de la iniciativa presentada por EH Bildu en el Labrit de Iruñea, que aspira a marcar un punto de inflexión ante el declive del régimen. El acto se ha iniciado con el himno de las Cortes de Nafarroa y tras un aurresku al piano de las personas que lucharon por la independencia de Nafarroa.

La democratización en todas las políticas y sectores es una de las claves básicas, y el compromiso fundamental de la coalición es que sea siempre la ciudadanía navarra la que tome las decisiones. «La ciudadanía debe tener la primera y la última palabra», ha asegurado Adolfo Araiz, candidato de la coalición, y voz principal en el acto del Labrit. «Nuestra propuesta aspira a construir un gran cambio. Contra los lobos y las élites hay que dejar hablar a la gente, hay que oír a la gente», ha proclamado. 



Así, en lo relativo al estatus político de Nafarroa, EH Bildu se compromete en abordar un debate en profundidad para establecer un método para elaborar y decidir «el nuevo estatus político de Navarra». Y deja muy claro que «la decisión sobre el estatus corresponde a la ciudadanía navarra, por lo que debe ser sometido a referéndum». 



También plantea la realización de una consulta para decidir el modelo de relaciones con otros territorios vascos, «siempre respetando la diversidad y especificidad de Navarra, así como su capacidad de decisión». 



Esta parte de la propuesta no solo se limita a trascender el actual marco, sino que se apuesta igualmente por «en el marco del propio Amejoramiento, dotar a las instituciones navarras de competencias soberanas para decidir políticas propias en todos los ámbitos». EH Bildu considera que esta norma ha sido un fraude, pero reconoce y reivindica el valor de la foralidad entendida como los vestigios de la antigua soberanía.



Además de someter el estatus a la libre decisión de la ciudadanía navarra tras el proceso consiguiente, EH Bildu plantea hacer otro tanto con una nueva ley lingüística o con la cuestión de los símbolos. La filosofía de su plan es «que el poder de decisión vuelva a manos del pueblo».



La propuesta, abierta para su debate y sin fechas de materialización que lo acoten, incluye además ideas novedosas dentro de la aspiración de democratizar Nafarroa: una auditoría social sobre el camino recorrido –«hay que levantar las alfombras»–, la defensa y el blindaje incluso de lo público (el comunal), la apuesta por que la ciudadanía participe e incluso refrende la política presupuestaria, la apertura de un debate sobre si Nafarroa necesita o no una entidad financiera pública y propia, la asunción de la competencia penitenciaria, una discusión sobre el modelo policial que incluya la readecuación de las fuerzas actuales...



No se trata, por tanto, de una propuesta electoral, sino con mucho más recorrido. EH Bildu la justifica en que «es hora de mojarse y tomar partido, de aportar cada uno lo mejor de sí mismo, porque la ciudadanía navarra y su futuro lo necesitan».

El acto se ha cerrado con una versión de ‘Txoria, txori’, coreada desde el graderío que, al acabar la canción, ha estallado en gritos de «independentzia».