Beñat ZALDUA
BARCELONA

ERC allana el camino del acuerdo y no enmienda los presupuestos de CiU

Aunque insiste en la prórroga presupuestaria como mejor opción, ERC anunció ayer que ni presentará una enmienda a la totalidad de los presupuestos de CiU ni permitirá que las enmiendas del resto de partido prosperen, dando vía libre a la tramitación parlamentaria de las cuentas. Los republicanos explicaron la decisión como un gesto de «flexibilidad y generosidad» y CiU reconoció que mejora el clima de la negociación sobre las elecciones y el proceso independentista.

ERC ha repetido por activa y por pasiva en los últimos meses que no volverá a votar a favor de unos presupuestos autonómicos de la Generalitat, algo que ha venido tensando las relaciones, ya incómodas de por sí, entre los republicanos y CiU. No apoyar, sin embargo, no quiere decir votar en contra, tal y como recordó ayer el diputado de ERC Pere Aragonès al explicar que su partido dejó escapar ayer el último día para presentar la enmienda a la totalidad de los presupuestos presentados hace dos semanas por el Govern ante el Parlament.

No es necesario cavilar sobre los porqués de esta decisión, ya que el propio Aragonès explicó que se trata de «un gesto político coherente, de flexibilidad y de generosidad, de responsabilidad con las esperanzas de la gente que quiere que el país haga un paso adelante».

Es decir, ERC unirá mañana sus votos a los de CiU para rechazar las enmiendas a la totalidad del resto de partidos con el objetivo de allanar el camino hacia un acuerdo sobre el adelanto electoral y la hoja de ruta hacia la independencia.

«Alargamos la mano pero no es un cheque en blanco y sin plazos, lo que tenemos que hacer es trabajar por la alternativa real y definitiva: unas elecciones para romper el marco de la dependencia y responder a las necesidades reales del país con la independencia política», señaló Aragonès.

Prórroga

La decisión de ERC, en cualquier caso, no garantiza la aprobación de los presupuestos, sino simplemente su tramitación a través de las comisiones parlamentarias.

De hecho, Esquerra sí que presentó una enmienda a la totalidad a la Ley de acompañamiento de los presupuestos, frente a la cual presentó un texto alternativo. La apuesta de los republicanos sigue siendo la de una prórroga presupuestaria con un mecanismo excepcional que garantice la recuperación de las pagas extras de los funcionarios a la que se comprometió el propio Govern.

Más allá de la aprobación final o no de unos presupuestos discutibles desde numerosos puntos de vista, empezando por el meramente contable -el Ejecutivo catalán ha incluido en la partida de ingresos 2.500 millones de euros provenientes de unas deudas que el Estado se niega a pagar-, la maniobra de ERC fue bien recibida en las filas de CiU.

Su portavoz parlamentario, Jordi Turull, trató de desvincular la negociación de los presupuestos de la negociación sobre el proceso soberanista, pero el propio Turull calificó la decisión de Esquerra de «muy positiva» y reconoció que la postura adoptada por ERC «favorece y crea un clima de mayor serenidad» para las conversaciones entre ambos partidos.

Las elecciones y las cuentas públicas, incompatibles

La decisión de ERC de no presentar una enmienda a la totalidad de los presupuestos y permitir su tramitación parlamentaria no garantiza, ni mucho menos, la aprobación de las cuentas. De hecho, los propios republicanos consideran incompatibles la aprobación de los presupuestos y el adelanto electoral que reclaman, ya que el calendario parlamentario fija la aprobación de los presupuestos el 5 de febrero, una fecha en la que el actual Parlament debería estar disuelto si las elecciones se celebran, tal y como pide el soberanismo, en el primer trimestre del año. La evidente contradicción se resuelve en términos políticos. En plena negociación sobre las elecciones anticipadas y el futuro del proceso independentista, ERC sabe que el Govern no quedaría en buen lugar si el Parlament le devolviese los presupuestos en el pleno de mañana sin ni siquiera debatirlos en las comisiones. Así, al permitir su tramitación, Esquerra da un mes de vida a las cuentas, que serán debatidas en las respectivas comisiones parlamentarias la semana del 19 de enero. Y de paso, facilita las negociaciones sobre el proceso independentista entre CiU y ERC. El cálculo de los republicanos es poder cerrar el acuerdo a lo largo de este mes y que Mas convoque las elecciones, a más tardar, en la primera semana de enero -se celebrarían entonces a principios de marzo-. GARA