Naiz
Iruñea

La fiscal mantiene su petición de 2 años sin carné y 4.050 euros de multa para Ignacio Polo

La fiscal mantiene para el exconcejal de UPN Ignacio Polo su petición de privación del carné de conducir durante dos años y una multa de 15 euros diarios durante 9 meses (4.050 euros) por un delito de conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas.

Ignacio Polo, a su llegada a los juzgados. (Iñigo URIZ / ARGAZKI PRESS)
Ignacio Polo, a su llegada a los juzgados. (Iñigo URIZ / ARGAZKI PRESS)

Por su parte, la defensa pide la absolución y la acusación particular, ejercida por el la Agrupación Profesional de la Policía Municipal de Iruñea (APM), demanda seis meses de prisión y tres años de privación del carné. Asimismo, la asociación Kontuz, personada como acusación privada, pide 10 meses de prisión y tres años de retirada del carné.

En sus conclusiones definitivas tras la vista celebrada este martes en el Juzgado de lo Penal número 1 de la capital navarra, la fiscal ha considerado que el accidente de Polo «no tenía ninguna razón de ser ajena a esa influencia de bebidas alcohólicas, porque era una maniobra sencilla por la forma en que ocurrió».

«Los agentes no solo evidenciaron el accidente sino que apreciaron varios síntomas, el olor a alcohol, dificultades en el habla y cierta torpeza cuando se le cayeron las llaves o falta de agilidad al encontrar la documentación», ha expuesto.

Para la representante del Ministerio Fiscal, Polo tenía que ser consciente de su «imposibilidad» de coger el vehículo y ha subrayado que el propio exedil »ha reconocido que ingirió alcohol. La ingesta de alcohol es evidente y en una cantidad importante para luego verse influenciado».

El abogado de la acusación particular, ejercida por la Agrupación Profesional de la Policía Municipal (APM), ha negado que los agentes municipales actuaran por «animadversión» hacia Ignacio Polo, como ha alegado el exconcejal durante su testimonio. «Nada más lejos de realidad. En ningún caso hay indicios de falsedad de los agentes que intervinieron en el momento del accidente», ha apuntado.

Por el contrario, el abogado de la defensa, tras señalar que «estamos ante un caso muy complicado», ha constatado que los agentes «están diciendo cosas absolutamente incompatibles» y que en la vista «se ha ofrecido un indicio de esa animadversión».

Los agentes que vieron en la calle a Polo y que le dieron el alto tras colisionar con otro vehículo han asegurado que presentaba síntomas de ir «muy ebrio», mientras que el equipo instructor del caso ha asegurado que en dependencias policiales «no presentaba síntomas evidentes».

En concreto, el primer agente en comparecer como testigo en la vista ha comentado que él se encontraba en la Plaza del Castillo cuando vio pasar a Ignacio Polo, junto a un amigo, «influenciado por bebidas alcohólicas. Iban agarrados en jarra con los brazos, deambulaban, especialmente Polo», ha asegurado, para señalar que tras ver el «estado en el que iba» se «preocupó» por si iba a coger el coche porque «evidentemente no podía conducir».

Además, ha afirmado que en el momento en el que salió del vehículo «se le cayeron las llaves y no las encontraba aunque era de día, perdió el equilibrio, se caía y llegó a golpearse contra un vehículo». Ha indicado que en las dependencias de Policía Municipal «olía bastante a alcohol e incluso un compañero abrió una ventana. Cualquier persona que fuera como él hubiera tenido el accidente que fue de ‘Vídeos de primera’», ha destacado.

Otro de los policías presentesha dicho que el exedil presentaba «desorientación, ojos vidriosos, mirada perdida, cara desencajada y tenía coloretes».

Por el contrario, el instructor del caso ha negado que Ignacio Polo presentara síntomas de embriaguez en dependencias policiales. En su opinión, presentaba «una deambulación normal, hablaba normal y no olía alcohol», si bien «siempre es cierto que el conductor que se para en la calle no responde igual que en dependencias policiales».

En este sentido, ha asegurado que la forma de proceder fue la misma que «hubiese sido con cualquier otra persona» y ha negado que el equipo instructor sufriera «cualquier tipo de presión. Ningún mando se dirigió a nosotros para decirnos de ninguna manera cuál tenía que ser la orientación del procedimiento».