Mirari ISASI
BILBO
Entrevue
ANA ELISA OSORIO
DIPUTADA VENEZOLANA EN EL PARLATINO

«El decreto de EEUU es ridículo, pero ha cohesionado al pueblo»

Ana Elisa Osorio fue viceministra de Salud y ministra de Ambiente con Hugo Chávez y ahora, diputada del Parlamento Latinoamericano (Parlatino), sección Venezuela, un instrumento con 60 años de trayectoria para avanzar en la integración, aunque se limita a elaborar leyes marco no vinculantes.

El rostro y la voz de Ana Elisa Osorio están ligados al documental irlandés “La revolución no será transmitida”, que narra los sucesos del 11 de abril de 2002 en Venezuela, cuando el presidente Hugo Chávez fue derrocado por un golpe de Estado que no duró ni 72 horas. Entonces era ministra de Ambiente, pero también ha formado parte de la dirección del Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV) hasta que su renovación, a finales de enero, le dejó fuera, cree –aunque no lo entiende– que por sus críticas al Gobierno.

Las iniciativas de EEUU contra Venezuela no son nuevas, pero ¿cómo valora que Barack Obama haya decretado que su país es una «amenaza» contra la seguridad nacional de EEUU?

Es ridícula, pero no hay que menospreciarla. ¿Cómo vamos a ser nosotros una amenaza para la potencia militar, nuclear, que ha provocado guerras en todo el planeta y ha invadido Latinoamérica? Si fueron capaces de invadir Panamá por el control del Canal, por qué no habrían de hacerlo por el control del petróleo. Pero Obama nos ha hecho un favor porque ha logrado cohesionar al pueblo contra su decreto. Hay un rechazo nacional e internacional. Y eso es importante porque es muy diferente querer invadir un paisito que tiene amigos, disuasivos, como China y Rusia. Desde el punto de vista político, la movilización nacional e internacional es fundamental, y también lo son ventanas como Telesur o la presencia de venezolanos residentes allí que explican la situación.

Valoramos mucho la solidaridad internacional. Cuba, por ejemplo, no hubiera sobrevivido sin ella a un bloqueo tan espantoso, como su solidaridad es también fundamental.

¿Considera injerencista la política de EEUU? ¿Cree que el decreto de Obama es parte de un plan de agresión más amplio?

EEUU ha sido injerencista en todo el planeta; esa es la condición que le hace ser un imperio. Este ha sido otro ataque más contra Venezuela, pero no es el único ni tampoco nuevo. EEUU estuvo implicado en el intento de golpe de Estado del 11 de abril de 2002, como lo ha demostrado la periodista Eva Goldlinger. En el documental “Puente Llaguno, claves de una masacre”, de Ángel Palacios, se explica cómo fue esa injerencia y quiénes de la oposición estaban vinculados al Departamento de Estado.

Pero como ocurrió en Cuba con el bloqueo, en nuestro pueblo hay una conciencia política y la gente sigue firme con el Gobierno, y más tras el decreto.

¿Si cae el Gobierno caería la revolución bolivariana?

No debería caer, sería un golpe para la revolución. Tener el Gobierno tiene sus ventajas, porque es una herramienta para seguir avanzando, pero también desventajas. El que vendría sería un Gobierno de derecha-derecha y tendríamos dificultades. Pero la semilla que se sembró volvería a retoñar. Eso sí, esperemos que no caiga el Gobierno.

¿Cuál es la situación en Venezuela tras las protestas?

Protestas hubo el año pasado, en este ha habido un proceso de desestabilización a través del acaparamiento programado y por unas medidas económicas que hubo que tomar debido a la caída del precio del petróleo y tras descubrir una importante fuga de divisas producto de empresarios sin escrúpulos y también de funcionarios. La cuestión más molesta para los venezolanos ha sido el tener que hacer cola para conseguir artículos de primera necesidad, aunque eso se ha reducido.

El contrabando no es nuevo, pero el desabastecimiento sí.

El contrabando ha profundizado el desabastecimiento. Ha habido siempre, pero se ha incrementado para provocar desa- bastecimiento a través del acaparamiento. Para evitar el desabastecimiento se han tomado algunas medidas, necesarias aunque no simpáticas, relacionadas con el establecimiento de cupos que garantizan la cesta básica pero buscan combatir el bachaqueo (compras abultadas para su reventa a precios desorbitados). Además, se ha empezado una campaña de concienciación para subir el precio de la gasolina al menos para cubrir los costes de producción, porque la población tiene interiorizado que sea prácticamente regalada y los presidentes temen cambiar eso. El contrabando no es tan grave en el país, pero sí en la extensa frontera con Colombia, por donde salen gasolina y productos básicos.

Usted ha reprochado al Gobierno falta de decisión a la hora de tomar medidas y acabar con el rentismo.

Se tardó en tomar medidas sobre el cambio y no fueron las más adecuadas, aunque estoy segura de que el presidente lo hizo con toda su buena voluntad. Creo que hay que tomar decisiones importantes para invertir en la industrialización del país, porque no podremos construir el socialismo si no diversificamos la economía y dejamos de depender del petróleo. Aún no estamos en un modelo socialista, sino rentista, que ni siquiera es un capitalismo desarrollado. Hay que sentar las bases. Ojalá estas dificultades sirvan de empujón para que el modelo vaya realizando el camino que haga viable la construcción del socialismo. Ahora tenemos un Estado benefactor.

¿Esas críticas son las que han podido apartarle de la nueva dirección del PSUV habiendo sido una persona tan cercana a Hugo Chávez?

Nunca me lo dijeron ni me hicieron un reclamo directamente, pero creo que sí. Tengo la conciencia tranquila, porque creo que debe hacer tolerancia para la crítica. Yo fui ministra de Chávez cinco años y cuando no estaba de acuerdo con algo se lo decía y eso nunca impidió que siguiera siendo ministra.

¿Está el chavismo huérfano desde el 5 de marzo de 2013?

No sé si huérfano, pero por supuesto que la figura de Chávez es sumamente importante. El presidente Maduro está haciendo esfuerzos importantes, pero nos ha tocado una coyuntura muy dura. Sé que he sido muy crítica, pero no estoy renegando del Gobierno. A veces no se entiende que son críticas para aportar. Pero también nos ha tocado una coyuntura muy dura. El asedio dura ya quince años, con agudizaciones. Las protestas del año pasado fueron terribles, con 43 muertos, y la oposición nunca hizo autocrítica. Si algo le critiqué a Chávez en su día fue que amnistiara a los golpistas, porque ahora ha venido la reincidencia. Son los mismos que estuvieron implicados en el golpe de 2002 y que en realidad no tienen un pueblo detrás