Nicolás Maduro llamó a movilizarse ayer como parte de su llamamiento a una «rebelión nacional frente a las amenazas internacionales» a raíz de que el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, invocara a la Carta Democrática para atender la crisis que vive el país, una decisión que consideró «un desatino, una desproporción».

«Pretender intervenir en Venezuela es un crimen. Llamo a la movilización contra el intervencionismo», sostuvo Maduro el martes, al anunciar una «gran marcha antiimperialista y antialmagrista» ayer.

Maduro arremetió contra Almagro, que pidió una «sesión urgente» del Consejo Permanente para discutir la crisis económica, social, política e institucional en Venezuela, invocando la Carta Democrática, un mecanismo que se activa en caso de «alteración del orden constitucional» y podría llevar a la suspensión de Venezuela del ente.

Acusó a la oposición de pedir, con sus gestiones en la OEA, una «intervención gringa» en Venezuela. «Han pasado más allá del limite», subrayó.

Maduro anunció su intención de demandar a la directiva de la Asamblea Nacional de mayoría opositora por «usurpación de funciones» y «traición a la patria», después de que la oposición lograra que la OEA decidiera tratar la crisis venezolana.

Los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, y Bolivia, Evo Morales, cerraron filas en torno a su homólogo venezolano y rechazaron la decisión a Almagro.

Correa, que defendió la mediación organizada por la Unasur, consideró «fuera de lugar» y «bastante desubicado» a Almagro, y criticó que con su invocación a la Carta Democrática, el excanciller uruguayo «está atendiendo un pedido del Legislativo venezolano (...) cuando normalmente se atienden los pedidos del poder Ejecutivo» para activarla.

Morales, por su parte, tachó de «agresión» la invocación de la Carta Democrática y pidió a Almagro que «no sea instrumento del intervencionismo» contra Venezuela. «La dignidad, soberanía y autodeterminación de los países de la Celac se defiende, no se vende», subrayó.

La OEA analizaba ayer la conveniencia de adoptar una declaración sobre Venezuela, a la espera de decidir si se reúne el Consejo Permanente. El organismo comenzó con tres horas de retraso su debate sobre dos propuestas de declaración, dos vías alternativas de actuación al proceso de la Carta Democrática.

En ese foro, la ministra de Exteriores de Venezuela, Delcy Rodríguez, recordó que «esa Carta fue hecha para proteger justamente a los sistemas democráticos de los golpes de Estado y de las alteraciones de orden constitucional. Eso aquí no existe, por lo que no puede aplicarse». Y acusó a Almagro de haberse dedicado en un año en el cargo a «una campaña de hostigamiento contra Venezuela junto con factores locales que piden la intervención a nuestro país».

La Asamblea Nacional de Venezuela solicitó que su presidente, el opositor Henry Ramos Allup, comparezca ante la OEA para exponer la situación del país. Allup, que expresó cautelosa satisfacción ante la decisión de Almagro, advirtió de que la OEA no puede «hacer la vista gorda» ante la crisis en su país.

Una entidad que «promueve el diálogo» y excluyó a Cuba 47 años

La Organización de Estados Americanos es, según su propia definición, una «entidad panamericana que promueve el diálogo entre sus integrantes y las decisiones consensuadas en los asuntos de interés para el Continente Americano».

Los 35 estados independientes de América han ratificado la Carta de la OEA y son miembros de la organización, pero no siempre ha sido así, ya que Cuba fue excluida de la misma en 1962 y no fue hasta el 3 de junio de 2009 cuando los ministros de Exteriores revocaron esa decisión.

Con sede en EEUU, este organismo cita entre sus objetivos «la consolidación de los regímenes democráticos, la defensa y promoción de los derechos humanos, el apoyo al crecimiento de la economía, la defensa de la seguridad y de la paz y la construcción de vínculos amistosos entre todos los países de América».

Es el organismo regional más antiguo del mundo, ya que su origen se remonta a la Primera Conferencia Internacional Americana, celebrada en Washington entre octubre de 1889 y abril de 1890, aunque fue creada como tal en 1948, cuando se subscribió, en Bogotá, capital de Colombia, la Carta de la OEA que entró en vigor en diciembre de 1951.GARA