Ultimátum de 48 horas de Ciudadanos al PP. Si el sábado por la noche no hay acuerdo de cara a la investidura, la formación que lidera Albert Rivera votará «no» en la primera sesión y se abstendrá en la segunda, lo que cerraría aún más el camino de Mariano Rajoy hacia La Moncloa. El portavoz Juan Carlos Girauta, que habitualmente aparece en escena para marcar el perfil más duro de la formación naranja, ha intentado mostrarse colaborativo pero tajante: si el PP no cede no habrá acuerdo.

Su homólogo en Génova, Fernando Martínez-Maíllo, ha intentado dar una imagen mucho más optimista. «Estamos avanzando», ha insistido. Y se ha quitado de encima la presión asegurando que el equipo negociador de Ciudadanos no había planteado el plazo en la reunión y que se había enterado en la sala de prensa. «Vamos a intentar cuanto antes llegar a un acuerdo. No aceptamos límites en plazo», ha remarcado.  

Los dos grandes problemas que hay entre PP y Ciudadanos son, según ha explicado Girauta, la falta de concrección económica por parte del partido de Rajoy y su rechazo a aprobar determinadas «reformas institucionales». Ambos elementos van unidos. El partido naranja abogaba por un plan social que había calculado en 7.000 millones de euros. Para lograr esa partida, cree que podría, por un lado, recuperar los 2.800 millones que no se recaudaron durante la «amnistía fiscal» y, por otro,  suprimir diputaciones o reformar el Senado con el objetivo de ahorrar. Maíllo ha respondido que, sin aprobar el techo de gasto (para lo cual habría que sacar adelante un Gobierno) no puede dotarse presupuestariamente cada detalle. 

Según el portavoz del PP, existe un centenar de asuntos sobre los que ya hay acuerdo. Aunque Ciudadanos ya ha dejado claro que sin pacto global no habrá acuerdos sectoriales. En este sentido, todavía está sobre la mesa el debate sobre la corrupción. El partido naranja redujo su concepción de lo que es corrupción política para facilitar el pacto con el PP pero ahora argumenta que son ellos los que pueden definir el concepto ya que «somos los más exigentes». 

Los equipos negociadores de PP y Ciudadanos, tras comparecer ante la prensa, han vuelto a la sala de reuniones. Al margen del ultimátum lanzado por Girauta, que suena a escenificación, tienen la fecha límite del martes 30 de agosto, cuando Mariano Rajoy se presentará ante el Congreso español para intentar una investidura que, sin el apoyo del PSOE o del PNV, tiene imposible.