B.Z.
BARCELONA

PSC y Ciudadanos rivalizan por el voto útil, Rajoy pasea por Barcelona

Las encuestas aseguran que Ciudadanos se impondrá sin problemas en el bloque del 155 y que incluso tiene posibilidades de ganar las elecciones, al menos en número de votos. Pero la candidata, Inés Arrimadas, no se fía. Al PSC de Miquel Iceta no se le dan tan mal las encuestas y los equilibrios postelectorales lo podrían situar en mejor lugar, ya que podría llegar a obtener el apoyo de unos Comuns que, por el contrario, aseguran que jamás apoyarán a Ciudadanos. La pugna por el voto útil en el bloque unionista, por tanto, fue la protagonista en las últimas horas de campaña.

Las encuestas aseguran que Ciudadanos se impondrá sin problemas en el bloque del 155 y que incluso tiene posibilidades de ganar las elecciones, al menos en número de votos. Pero la candidata, Inés Arrimadas, no se fía. Al PSC de Miquel Iceta no se le dan tan mal las encuestas y los equilibrios postelectorales lo podrían situar en mejor lugar, ya que podría llegar a obtener el apoyo de unos Comuns que, por el contrario, aseguran que jamás apoyarán a Ciudadanos. La pugna por el voto útil en el bloque unionista, por tanto, fue la protagonista en las últimas horas de campaña.

Disparó Arrimadas, a la que un catarro persigue desde hace días. «Solo hay un voto que puede ganar a los independentistas, el de Ciudadanos», aseguró en el mitin final celebrado en Nou Barris, un escenario cualquier cosa menos casual. Se trata del distrito barcelonés de menor renta, un antiguo feudo socialista en el que Ciudadanos ya se impuso el 27S –aunque en las estatales la victoria fue de los Comuns–.

Allí pidió al público que «nadie se la juegue con otros, que a la mínima te hacen un tripartito con ERC; no estamos para jugar a la ruleta rusa», en una referencia que vale tanto para socialistas como para comunes. De hecho, en una declaración a los medios a mediodía, Arrimadas insistió en los mensajes contra Iceta, a quien apunta mucho más que al independentismo: «Hay muchos socialistas que no entienden cómo se ha pasado toda la campaña vetando a Ciudadanos pero prometiendo indultos». «El señor Iceta se ha pasado toda la campaña vetando a Ciudadanos, vetando el acuerdo, en el ‘no es no’, solamente en el ‘sí’ a ser presidente a toda costa», insistió.

Pero Iceta no es manco y también es consciente de la existencia de un importante saco de votos que oscila entre un partido y otro. En el acto final del partido, celebrado en Cornellà de Llobregat –otro de los feudos socialistas del cinturón rojo de Barcelona– contrapuso su apoyo a la reconciliación entre catalanes frente a «la revancha» que propone Ciudadanos.

«Cuando hay revancha no hay reconciliación, cuando hay falta de respeto no hay reconciliación, cuando se busca la derrota de otros no hay reconciliación», consideró un Iceta que ayer recibió más apoyo del presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, que de la presidenta de Andalucía, Susana Díaz. Y eso que con esta última comparte partido. Díaz hizo un llamamiento a los catalanes para que acudan a votar «masivamente» a opciones constitucionalistas «en la defensa de un proyecto común y compartido de una España que merece la pena». A Iceta y al PSC, simplemente, les deseo «toda la suerte». En Andalucía no han gustado propuestas de Iceta como el indulto a los dirigentes independentistas encausados o el despliegue de una Hacienda catalana.

Con todo, los llamados a la reconciliación vienen precedidos de los exabruptos del exministro Josep Borrell, convertido en mamporrero del soberanismo. El domingo aseguró que había que desinfectar las instituciones catalanas, el lunes acusó al independentismo de escasa comprensión intelectual del mundo y ayer auguró que acabarán «llegando a las manos». No parece que le falten ganas.

Rajoy en campaña

El bloque del 155 lo cierra su principal impulsor, el PP, que concluyó su campaña con un curioso mitin-cena en el que algunas decenas de personas cenaron mientras escuchaban al candidato del partido, Xavier García Albiol, y al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, que ayer participó por tercer día consecutivo en la campaña del PP. En total, ha pasado cinco días en Catalunya durante las últimas dos semanas –ayer comenzó el día caminando rápido por el paseo marítimo–. Todo un récord, y todo un síntoma de las malas expectativas con las que el partido más votado en España afronta la votación. Podría llegar a ser última fuerza.

En esta tesitura, a Albiol no le queda más que reforzar su imagen de mano dura e intransigencia frente al independentismo, por lo que volvió a acusar a Puigdemont y a Junqueras de su situación: «Mirad cómo estáis, uno detenido y en la cárcel provisional, y otro a mil kilómetros de Catalunya porque le tiene miedo a la democracia».