Clément ZAMPA

¿En qué punto se encuentran las reformas de la eurozona?

Pese a ser una prioridad para la Unión Europea, el proyecto de reforma de la eurozona, tan deseado por el presidente francés, Emmanuel Macron, avanza muy lentamente a causa de las divergencias, en algunos casos profundas, entre los Estados miembros. Así lo plantea Clément Zampa en este análisis para la Agencia France–Presse (AFP).

Preocupados, ciertos estados del norte de la Unión Europea, como los Países Bajos, la República de Irlanda o Dinamarca han pedido que las propuestas demasiado «ambiciosas» queden pospuestas.

Además, los debates se han visto afectados durante mucho tiempo por la ausencia de un gobierno estable en Alemania, tras la estrecha victoria de Angela Merkel en las elecciones legislativas de setiembre de 2017. Precisamente, el pasado domingo, la canciller alemana detalló su visión de la eurozona, en vísperas de la cumbre que tendrá lugar el próximo 29 de junio en Bruselas, en el transcurso de la cual París y Berlín deben desvelar una «hoja de ruta» común sobre este tema.

Finalización de la Unión Bancaria:&punctSpace;avanzada. La UE considera que esta cuestión es una de las más fáciles de resolver y ambiciona que se den «avances concretos» en la cumbre de junio. Concretamente, implica la creación de una garantía europea de depósitos bancarios, reduciendo primero el riesgo bancario en los Estados miembros y mutualizándolos después.

Las discusiones, encalladas desde hace años, progresaron hace un par de semanas, ya que los Estados miembros lograron por fin superar sus divergencias para reducir los riesgos en el sector bancario.

Este compromiso era necesario para que los países del Norte, con Alemania al frente, acepten comenzar a debatir sobre la mutualización de riesgos, ya que temen que tengan que ser ellos quienes paguen, en caso de quiebra, por los bancos del Sur –en particular por los italianos– que consideran que están mal gestionados.

Presupuesto para la eurozona:&punctSpace;en debate. Francia imagina un presupuesto específico y con capacidad para invertir, pero también para dar estabilidad en caso de shock económico. Debería suponer, según Macron, «varios puntos del PIB de la zona euro».

La Comisión ha propuesto un embrión de presupuesto, mucho menos ambicioso, a través de dos instrumentos distintos: 25.000 millones de euros para financiar las reformas juzgadas prioritarias (pensiones, mercado laboral...) y hasta 30.000 millones en préstamos para los países que pudieran sufrir un shock económico importante (catástrofe natural...).

Merkel parece sumarse parcialmente a la propuesta de Bruselas al mostrarse favorable a «un presupuesto de inversión» de varias decenas de miles de millones de euros y a los préstamos a corto plazo para los países que se enfrenten a crisis de origen externo, que serían concedidos por un futuro Fondo Monetario Europeo.

Fondo Monetario Europeo: recogido en acta. Los 28 han asumido la transformación inminente del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEE), encargado de supervisar los préstamos a los Estados miembros en dificultades, como Grecia, en una especie de Fondo Monetario Europeo (FME). Este organismo debería sustituir, a escala comunitaria, al Fondo Monetario Internacional (FMI) para ayudar a los países en crisis.

También podría asumir el papel de «prestamista de último recurso» (o backstop) para los bancos en peligro si los mecanismos de salvaguarda ya previstos resultasen ineficaces.

Alemania imagina este FME como un organismo intergubernamental que, a cambio de los préstamos, tenga el derecho de controlar las políticas nacionales de los Estados miembros junto a la Comisión Europea.

Bruselas, en cambio, prefiere un órgano comunitario que no invada sus prerrogativas.

«Superministro» de Finanzas: pospuesto. La propuesta de Macron sobre este nuevo cargo sigue siendo demasiado vaga, aunque lo define como el «verdadero responsable ejecutivo» de la zona euro.

Bruselas ha planteado la creación de un «ministro europeo de Economía y Finanzas» fusionando la Vicepresidencia de la Comisión y la Presidencia del Eurogrupo –grupo informal que reúne a los 19 ministros de Finanzas de la eurozona–.

Pero en diciembre pasado los ministros del Eurogrupo rechazaron, implícitamente, esa idea al colocar al frente de ellos al portugués Mario Centeno, elegido en ese cargo para un periodo de dos años y medio.