Amaia U. Lasagabaster

Gran victoria del Eibar en Valencia (0-1)

Un gol de Charles en el descuento da la victoria a los azulgranas en Mestalla. El Eibar alcanza los 43 puntos y roza la permanencia matemática.

Los azulgranas celebran la victoria. José JORDÁN/AFP PHOTO
Los azulgranas celebran la victoria. José JORDÁN/AFP PHOTO

Gran victoria del Eibar en Mestalla. Los azulgranas han cumplido su doble objetivo en el estadio valencianista, donde han recuperado su mejor versión y, sobre todo, han logrado tres puntos que les dejan con 43. La permanencia no es matemática después de que el Girona haya ganado al Sevilla pero, con ocho puntos sobre el Valladolid y sólo nueve en juego, puede darse por segura.

La guinda la habrá puesto en un muy buen partido, donde ha sabido jugar y sufrir conforme se desarrollaba el juego. Precisamente lo que pedía José Luis Mendilibar a sus jugadores la víspera, personalidad para tomar las decisiones correctas en los momentos oportunos.

El primer tiempo ha sido magnífico. El Eibar ha saltado al campo con cinco cambios en el once –incluyendo al recuperado Peña que, lamentablemente, apenas ha podido disputar la primera parte– y vuelta al dibujo menos habitual, con Enrich como único delantero y Orellana por detrás con libertad para moverse a su antojo. Intenso y muy bien colocado, el equipo guipuzcoano no ha podido evitar que su área permaneciese inédita –Dmitrovic ha firmado una muy buena intervención en una falta botada por Parejo– pero ha sufrido lo justo, sobre todo teniendo en cuenta la calidad del rival y el gran momento que atraviesa, e incluso ha generado las mejores ocasiones, ambas con Orellana como protagonista. En el 27, el chileno ha rematado un centro de Peña al segundo palo ante el que Neto ha tenido que tirar de reflejos. Y al filo del descanso, no ha llegado por milímetros a un córner botado por Pedro León que tampoco ha llegado a rematar Sergio Álvarez por poco.

Los presagios han cambiado de color en cuanto los dos equipos han vuelto al césped. El Eibar lo hacía sin Rubén Peña y era inevitable pensar en lo sucedido en los últimos desplazamientos, al Bernabéu y el Alcoraz, en los que las lesiones han marcado un punto de inflexión. También lo han hecho hoy en cierta medida. Aunque posiblemente ha tenido más que ver con la mejoría del Valencia, que ha regresado al campo con otra velocidad.

A los azulgranas les ha tocado sufrir. Y mucho. Aunque ha habido momentos de auténtico correcalles, en los que el balón se movía de un área a otra sin tiempo para el respiro, ha sido el cuadro local el que ha marcado el ritmo del choque. Las llegadas al área eibarresa se han sucedido pero el buen trabajo de la zaga, con la colaboración de sus compañeros, ha impedido que el marcador se moviese.

El equipo de José Luis Mendilibar, además, no se ha conformado con aguantar y conforme se acercaba el pitido final ha vuelto a asomarse a la parcela local, como atestiguan los tres córners que ha botado en los últimos minutos. En el último, y apenas un minuto después de que Santi Mina perdonase lo impensable ante Dmitrovic, ha llegado la locura. De Blasis ha pescado un rechace para devolver el balón al área, Rubén Sobrino ha echado una mano cabeceando una asistencia a Charles y el brasileño, siempre atento, no ha perdonado ante Neto.

Era el minuto 93. 200 días después de su última victoria lejos de Ipurua, el Eibar volvía a ganar a domicilio. En el escenario menos pensado y con el premio más deseado.

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