
Este corto animado cuenta la historia real de Ian, un niño con encefalopatía crónica no evolutiva (la cual influye en su movilidad y lenguaje), contada por Sheila Graschinsky, su madre. El protagonista de esta historia es un niño con discapacidad que sueña con divertirse junto a otros niños y niñas. Ian está dispuesto a hacer hasta lo imposible por lograr su sueño, sin embargo, son muchos los obstáculos que encuentra en el camino.
El objetivo de la madre de Ia, Sheila Graschinsky, era intentar educar a los niños que le hacían bullying a su hijo. En su empeño escribió un libro y creó una Fundación con el nombre de su hijo con el propósito de romper barreras.
Bajo la producción de Gastón Gorali y Juan José Campanella, socios de la productora Mundo Loco, y la dirección de Abel Goldfarb, el film combina animación 3D y Stop Motion, e incluye maquetas reales realizadas con material reciclable.

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