«Ha habido recortes pero el temor es de cara al próximo curso»
Tati Garmendia (Donostia, 1974) es responsable de la sección de balonmano de Bera Bera desde 2012. Anteriormente, durante 2 años, entrenó al equipo de su vida en el que jugó desde los 10 años y, excepto un curso que estuvo en L’Eliana, ha desarrollado toda su actividad profesional en el Bera Bera.

A pocas horas para cerrar un 2020 de tanta incertidumbre, Tati Garmendia, responsable de la sección de balonmano del club Bera Bera, atiende a GARA para repasar el año en el que se han proclamado campeonas de liga. Garmendia admite que no ha sido un año fácil pero teme más al próximo curso, pues existe mucha probabilidad de que pierdan algunos patrocinadores, ahora mismo, su única fuente de ingreso a falta de público en las gradas. La liga está apretada y cruza los dedos para que no tengan que pasar «un mini confinamiento» por un caso positivo, porque cree que puede condicionar por completo lo que resta de temporada.
¿Cómo ha ido el año?
La temporada pasada terminó con un montón de incertidumbre porque las jugadoras que querían volver a casa no podían porque no sabían si la liga se iba a reanudar o no. Una vez que se decidió que la liga no se iba a reanudar, por una parte fue un soplo de tranquilidad pero, a su vez, había más incertidumbre sobre lo que iba a pasar la próxima temporada. Para nada esperábamos que en setiembre se pudiese jugar la Copa, tampoco esperábamos ni siquiera poder acabar la primera vuelta… Creo que esta liga no solo la va a ganar el mejor sino el que mejor suerte tenga porque si hay un positivo en tu equipo, que por mucho que te cuides existe esa posibilidad, estar 10 días confinado tiene su consecuencia en un deporte de alto rendimiento y nosotras lo vimos contra el Aula Valladolid.
¿Y en la parte económica?
Ha habido algún recorte pero no excesivo. El verdadero temor es de cara a la próxima temporada. Más que nada porque sabemos que algunos de nuestros patrocinadores están sufriendo y algunos ya nos han transmitido que, muy a su pesar, no van a poder seguir. Nosotros hemos jugado un partido de la EHF Cup a puerta cerrada, sin los ingresos que eso conlleva, hemos jugado contra el Aula Valladolid también sin público y parece que a corto-medio plazo seguiremos en la misma línea; eso quiere decir que no tendremos ingresos de taquilla. Va a haber un impacto covid-19 en el presupuesto del club e intentaremos reinventarnos otra vez.
Trataron de jugar con público varios partidos cuando estaba permitido. ¿Por qué se decidió dar ese paso y “arriesgar”?
Te voy a poner un ejemplo: yo puedo ir a un concierto de Raphael en Madrid con 5.000 personas o puedo ir al cine y delante de mi butaca hay personas sentadas, y por qué no puedo ir a un partido de balonmano con aforo reducido en una cancha que entran 2.000 personas? No es que arriesgáramos, seguimos las medidas que eran seguras en esos meses. En un pabellón que entran 2.000 personas meter a 300 con distancia de seguridad más todo el protocolo del Gobierno Vasco y el patronato municipal de deportes, entendíamos que no era un riesgo porque nos decían que esas eran las medidas más seguras. Fue muchísimo trabajo pero entendíamos que había que adaptarse. Bastante tenemos como para que encima la gente no pueda poder ver deporte o espectáculo siempre que se respeten las medidas.
¿Cómo ve al equipo? ¿Cesáreo está para volver?
Hemos estado de vacaciones y hemos desconectado un poco. Eli [Cesáreo] tuvo su revisión y ya va a empezar un poco con el balón, pero es pronto. En el caso de Emma [Boada, lesionada del ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha], también le han dicho que avanza muy bien pero le falta mucho. Sara [Gil] ha estado parada un poco porque arrastra un problema en el codo. El lunes estuvo en el médico y es un caso que todavía no sabemos realmente qué va a pasar. Debe de tener tocado algún ligamento.
No están teniendo suerte con las lesiones.
Cesáreo ya venía tocada del Mundial del año pasado, se decidió por un tratamiento conservador pero tarde o temprano, cuando ha sentido que no podía más, se ha tenido que intervenir quirúrgicamente. Se decidió hacerlo de cara al parón para volver lo antes posible. Lo de Emma [Boada] fue un duro golpe. Sabíamos que podía ser una temporada complicada porque estuvieron paradas desde marzo. Aunque hayas hecho un trabajo específico no es lo mismo entrenar en casa con lo que tienes a mano, porque es una casa, no es una mansión.
¿Cómo ve la liga?
Creo que este año la liga va a estar aún más bonita porque se suma algún equipo más a la lucha. Lo que pasa es que el covid-19 puede condicionar porque si has estado 10 días parada y te toca enfrentarte a un rival directo, tienes muchas posibilidades de no ganar el partido. Va a ser una liga diferente. Los que tengan que estar arriba estarán, porque son los que mejor han jugado, los que mejor equipo tienen o porque son los que mejor lo han gestionado; pero sí que tiene que haber un pelín de suerte para que no te toque un mini confinamiento porque a nada que tengas un tropezón, adiós. Y luego, para nosotras es algo novedoso el nuevo sistema con dos grupos y te permite aún menos resbalones.
El equipo respondió ante rivales directos. Empató con el Málaga pero por lo demás…
El equipo ha ido de menos a más. Ha habido un cambio, porque perder a una jugadora tan importante como Silvia Arderius suponía mucho trabajo y tratamos de que Laura [Hernández] se adaptase cuanto antes. Hay que recordar que llevamos casi toda la liga sin algunas jugadoras muy importantes. Es verdad que es importante la reciente recuperación de O’Mullony, que va a más, pero le falta ritmo porque el año pasado estuvo casi toda la temporada en blanco. A ello hay que sumarle la lesión de Emma [Boada], la de Eli [Cesáreo], y el equipo sigue ahí. La eliminación europea no fue una decepción porque tienes que llegar en plenas condiciones a noviembre y, en nuestro caso, se nos acumularon las bajas y a ellas se les sumó la de Maitane Etxeberria.
¿Al equipo le ha venido bien este mes y medio de descanso?
Es demasiado descanso. Tener las vacaciones de Navidad más el Europeo, en este caso, me parece excesivo estar casi dos meses paradas. Me parece que no le viene bien a ningún equipo; al menos, no al nuestro, que necesita competir porque siempre va de menos a más.

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