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Una empresa innovadora en inteligencia artificial mira desde Bidarte al resto del país

La empresa Hupi, anclada en el sector de la inteligencia artificial aplicada a los sectores de energía y transporte, se creó en 2013 en el parque tecnológico de Izarbel, en Bidarte, aunque proyecta sus servicios hacia el conjunto de Euskal Herria, como lo atesora su cartera de clientes.

Una presentación a cargo de la empresa Hupi, con sedes en Lapurdi y Gipuzkoa. (@HUPI_Aquitaine)
Una presentación a cargo de la empresa Hupi, con sedes en Lapurdi y Gipuzkoa. (@HUPI_Aquitaine)

Desde su propia web, concebida en euskara, francés y castellano, Hupi desgrana su doble filosofía de innovación y anclaje en el territorio, más allá de las fronteras.

Su cofundador, Romain Roquefère explica en esa puerta de entrada que el proyecto Hupi se basa en «una lógica de fuerte reciprocidad territorial» y remarca igualmente la vocación de devolver parte de los beneficios al territorio.

«No nos inspira una lógica de crecimiento porque entendemos el desarrollo económico como un medio, no como una finalidad, y nos interesa seguir controlando nuestro futuro», añade.

Creador de programas especializados en inteligencia artificial aplicada, en particular con vistas a la industria y los transportes, Hupi comercializa una aplicación en forma de asistente virtual que ayuda a los directivos de empresa a tomar decisiones complejas con mayor grado de eficacia.

Qué camino es el mejor, cómo organizar la agenda, cuándo y cómo reparar o hacer el mantenimiento de las máquinas, cómo conjugar producción y personal disponible. Hupi asegura que su aplicación, que se oferta en las tres lenguas que se emplean en Euskal Herria, puede aportar respuestas adaptadas a cada cliente.

Ese hilo conductor entre Estia y Mondragon

Consciente de que la digitalización y en general el desarrollo de la inteligencia artificial se relaciona con pérdida de puestos de trabajo, el cofundador de Hupi lo explica: «Trabajamos para que las empresas puedan apoyarse en la inteligencia artificial, mediante un asistente virtual que acompaña a la persona para que pueda trabajar de forma más fácil en su ámbito natural, para que pueda mejorar su productividad, su competitividad, y por lo tanto crear empleo, siempre en la escala de país».

Ese santo y seña territorial se expresa en una gama de clientes entre los que figuran desde marcas motrices de la industria en Lapurdi como Safran o Epta, a la insignia del textil vasco Jean Vier, pero también dos polos mayores de la formación y producción como son Mondragon o Estia.

Igualmente trabajan con las empresas que aseguran el servicio de autobús urbano en Donostia (Donosti Bus) y Baiona (Keolis), además de con la eléctrica Enedis.

Cursos de euskara y mecenazgo cultural

Aunque Hupi no tiene la forma administrativa de una cooperativa, su cofundador destaca que, guardando las distancias, el modelo empresarial de Mondragon inspira sus pasos.

«Nos sentimos herederos de una iniciativa que nos inspira, aunque nosotros hemos dado el paso de fundar una pequeña sociedad, para hacer lo que queremos hacer, pero siempre con esa perspectiva social como guía», comenta a Mediabask Romain Roquefère.

El 100% de los empleados de Hupi siguen cursos de euskara, dispensados por AEK durante la pausa del mediodía. Se trata de una cita semanal que se completa con dos jornadas de inmersión al año en el sur de Euskal Herria. Hupi se ha implicado además en la última edición de Euskaraldia.

Por otra parte, Roquefère destaca que la empresa contribuye como accionista a experiencias de economía social, caso de la sociedad de crédito y apoyo a la creación de empleo Herrikoa o a la asociación de agricultores Lurzaindia. Ese mecenazgo se extiende, en Zuberoa, a la quesería Etxe Gasna o a la esponsorización de la pastoral.

Hupi, que recibió en 2016 el premio a la innovación que otorga anualmente la Mancomunidad Vasca, ha sido distinguida también por el galardón Bind 4.0, impulsado por el ejecutivo de la Comunidad Autónoma Vasca (CAV). «Ese concurso, muy selectivo, elige a 11 empresas entre 250, y la nuestra fue la única del País Vasco norte que recibió el premio en 2016», remarca Roquefère.

Desde 2014, Hupi está presente de forma continuada en el sur del Bidasoa, al contar con una sede en Donostia para desarrollar su actividad al frente de la cual trabaja una joven diplomada en Deustu.

«Vivimos diariamente esa realidad transfronteriza, lo que nos lleva a desplazarmos semanalmente a la CAV o Nafarroa donde realizamos el 30% de nuestra cifra de negocio», explica el cofundador de una empresa que en 2019 facturó 500.000 euros.

A la vista de que al sur del Bidasoa hay un «tejido industrial colosal y programas en industria de futuro importantes», para los impulsores de Hupi «resultaba realmente difícil no mirar al otro lado de la frontera» explica Romain Roquefère.

Sin cerrar puertas nunca a extender ese trabajo en red, la empresa basada en Bidarte colabora actualmente con sociedades asentadas en Iruñea, Donostia y Gernika.