Pello Guerra

Sentido homenaje a los represaliados del 36 de Osasuna, «el pasado silenciado del club»

El propio club, representantes de instituciones como el Gobierno y el Parlamento navarros, además de grupos de la memoria y familiares han participado en el emotivo acto de homenaje a futbolistas, directivos y empleados vinculados con Osasuna represaliados tras el golpe militar del 36.

Familiares de los represaliados de Osasuna en el 36, en el acto de homenaje celebrado este viernes. (Jagoba MANTEROLA/FOKU)
Familiares de los represaliados de Osasuna en el 36, en el acto de homenaje celebrado este viernes. (Jagoba MANTEROLA/FOKU)

Los futbolistas, directivos y empleados vinculados con Osasuna que sufrieron represalias a raíz del golpe militar del 36 han sido homenajeados por el Gobierno de Nafarroa en el Baluarte iruindarra en un acto en el que han estado presentes familiares de algunos de ellos, el presidente y varios directivos del club, miembros del Ejecutivo, varios parlamentarios y representantes de Osasunaren Memoria y grupos de investigación en torno a la memoria de la entidad rojilla.

El presentador del acto, Bingen Amadoz, ha recordado que «muchos de los primeros impulsores de Osasuna pagaron muy cara su militancia republicana», de tal manera que varios de ellos «engrosan las listas de represaliados» por el franquismo. Ha calificado el acto de «reencuentro del club con su pasado más silenciado» y ha recordado que la represión llegó incluso hasta las «camisetas de Osasuna, que quemaron por ser rojas».

En nombre de los grupos de memoria que han rescatado este terrible y silenciado episodio de la historia rojilla, el investigador Mikel Huarte ha recordado que «el centenario era el momento de contar estas historias desconocidas» y ha añadido que «el verdadero homenaje está por hacer en un Sadar lleno, con los familiares formando un once y haciendo el saque de honor».

A continuación, han sido los familiares de los represaliados los que han tomado la palabra, tanto de manera virtual como presencial. A través de un vídeo se ha podido escuchar los testimonios de familiares de Carmelo y Jesús Monzón y de Eladio Zilbeti; y de descendientes de Enrique Cayuela desde Chile, donde terminó exiliado.

En el mismo Baluarte, ha intervenido la nieta de Ramón Bengaray, Maite Bengaray, quien, con su acento francés, ha recordado que «quedan las cicatrices, que son recuerdos de lo que pasó y que nos pueden ayudar a elegir lo que queremos y lo que no para el presente y el futuro. Podemos pacificar las memorias, como se está haciendo con esta ceremonia».

Por su parte, Pilar Jaurrieta, familiar de Alberto Lorenzo, ha destacado que los represaliados por el franquismo «lucharon mucho por Osasuna y Navarra les debe un agradecimiento».

Contribuir a cerrar la herida

El presidente de Osasuna, Luis Sabalza, ha establecido un paralelismo entre la junta que fundó el club en 1920 y su llegada a la dirección en 2014, cuando «daba pánico» tomar las riendas de una entidad cuya imagen «estaba por los suelos», ya que supuso una especie de refundación buscando «recuperar los valores que inspiraron su nacimiento».

En nombre del club, ha pedido disculpas a los familiares de los represaliados porque las víctimas rojillas del franquismo han permanecido «en un rincón de la historia hasta nuestros días» y ha puesto el acento en que «la doble condena de la represión y el olvido ha tenido que ser especialmente dura».

Ha afirmado sentirse «satisfecho de contribuir a cerrar esta herida» y ha insistido en la idea de que «Osasuna nació para unir a los navarros y hoy, cien años después, sigue siendo ese nexo de unión».

También han mostrado su apoyo y solidaridad a los familiares de las víctimas de Osasuna del 36 a través de vídeos los capitanes Oier Sanjurjo y Mai Garde, además de carismáticos exjugadores rojillos como Goikoetxea, Muñoz, Pandiani, Lekunberri, Castañeda, Webó, Kuko Ziganda, Urban o Pablo García.

Finalmente, la consejera de Relaciones Ciudadanas del Gobierno de Nafarroa, Ana Ollo, ha señalado que para el Ejecutivo era «oportuno unirnos en esta ocasión mirando atrás, con una mirada crítica con un pasado a veces no tan gratificante». Ha recordado cómo los fundadores del club «eran capaces de encontrarse en proyectos comunes» y cómo el golpe del 36 «rompió aquella convivencia de manera terrible», con una represión que golpeó a Osasuna y que «se cebó con personas muy vinculadas al club».

Ollo espera que, de la misma manera que la memoria de los represaliados de Osasuna está muy presente entre sus familiares, «a partir de ahora lo esté en toda la sociedad».