La inspección de ITV tiene, por lo general, validez de un año desde la última vez que se pasó. A excepción de este año para las personas que pasaron la inspección tarde debido a que la fecha les vencía durante el confinamiento. Estos últimos deben acudir a la revisión cuando les tocaba originalmente y no un año después de que la pasaran. 

A partir de junio, las multas han cambiado. Circular sin la ITV en regla puede costar entre 200 y 500 euros. La asociación AECA-ITV, algo así como la patronal de las empresas que hacen estas revisiones, asegura que cuatro de cada diez vehículos van con la revisión caducadas. Y que es en vacaciones cuando más multas se imponen. 

Esto va ligado a una de las novedades. Si un coche no tiene el permiso de circulación, la Policía podrá entrar en una base de datos a consultarlo. 

En el apartado más técnico, un fallo en las luces que señalizan la activación del ABS en un vehículo que no está obligado a llevarlo será motivo grave y no leve, por lo que el coche no pasará la inspección. 

También aumenta la gravedad de los defectos en los espejos retrovisores. Si se detecta riesgo de desprendimiento, el coche recibirá inspección desfavorable por este motivo. 

Uno o varios fallos graves suponen que el coche solo puede ir del lugar de la inspección hasta el taller. Fuera de ese recorrido, podría recibir una multa de 200 euros.

La multa de 500 euros llegaría en caso de que el vehículo recibiera una «inspección negativa». Una calificación así implica que el coche debe salir en grúa desde el punto de revisión.