Aritz Intxusta
Redactor de actualidad

Lakua avanza que aligerará las medidas en la reunión de este lunes

Bingen Zupiria adelanta que la reunión de este lunes del LABI político traerá la suavización de medidas, pues la evolución es favorable. El portavoz de Lakua admite, sin embargo, que la CAV llega al inicio del curso escolar con peores cifras que en 2020.

El portavoz de Lakua Bingen Zupiria charla con el parlamentario Joseba Egibar. (Jaizki FONTANEDA/FOKU)
El portavoz de Lakua Bingen Zupiria charla con el parlamentario Joseba Egibar. (Jaizki FONTANEDA/FOKU)

La tensión hospitalaria está descendiendo y lo previsible es que sigua haciéndolo al menos otro mes más. A fin de cuentas, son dos o tres semanas lo que tardan en notar los hospitales las oscilaciones de los casos diarios, tanto al alta como a la baja, a lo que hay que sumar el decalaje existente desde que las medidas se modifican y su aplicación se hace notar en las miles de pruebas de PCR y antígenos que se hacen diariamente.

Desde esta perspectiva, el análisis de la evolución de la epidemia –salvo sustos– pierde algo de interés. Los hospitales seguirán sintiendo las medidas de agosto y todo parecerá marchar bien. Y, en pleno paréntesis, se producirá el hecho más importante: el reinicio del curso escolar y la actividad ordinaria.

El impacto de los cambios en las pautas de relación interpersonal tras finalizar el verano se desconoce por completo, pues la cepa ya no es la misma (en otoño pasado hubo onda con la cepa original, sustituida en marzo por la británica y en julio por la delta) y, del otro lado, existe inmunidad gracias a las vacunas.

La situación, por tanto, resulta contradictoria. Los gobiernos de Lakua e Iruñea pueden estar tranquilos porque las consecuencias de aliviar las medidas no se van a sentir (si es que lo hacen) hasta finales del próximo mes. Y, pese a ello, toman la decisión en un periodo de enorme incertidumbre.

El portavoz de Lakua, Bingen Zupiria, reconoció, como ya adelantaba este medio ayer, que el inicio de curso escolar les va a pillar con una tasa de incidencia acumulada peor que la del año previo. Y, desde luego, mucho más alta que la meta que ellos mismos se fijaron, de 60 casos por 100.000 a 14 días. Concretamente, la CAV tiene una tasa seis veces más alta que la que pretendía haber conseguido.

En comparación, Nafarroa sí que alcanzará el inicio de curso con mejores números que en 2020. Pero hay que recordar que la evolución en otoño de Nafarroa fue pésima. Fue la primera en sufrir la onda y lideró el ránking del Estado en cuanto a casos, hasta que se vio forzada a una reacción contundente, vetando reuniones en interiores, tanto en lugares públicos como en privados.

La previsión, además, es que Nafarroa levante más restricciones que la CAV (al abandonar los toques de queda), por lo que su situación puede variar de forma más repentina. Aunque, como se ha apuntado ya, todo esto tardará en notarse y quizás haya tiempo de corregir.

La vacunación se ralentiza por el desinterés, que deja cada vez más «huecos libres» entre citas

El 10 de agosto fue el segundo al mando de la Consejería de Salud de la CAV, José Luis Quintas, quien alertó de que cada vez quedaban más «huecos libres» para vacunarse. Lo achacó, principalmente, a que la gente no quiso interrumpir sus vacaciones para iniciar el tratamiento y a que, por su edad, la percepción de riesgo era menor que a edades más avanzadas. En esa rueda de prensa se dio la cifra de 57.000 «huecos libres en el calendario de vacunación» hasta el 6 de setiembre.

Los llamamientos a que la gente se vacune no han tenido, al parecer, efecto suficiente. Ayer, la consejera Gotzone Sagardui confirmó que los «huecos libres» siguen aumentando. Dio la cifra de 71.000 citas sin coger hasta el 13 de setiembre y urgió a la población a vacunarse «cuanto antes», para así afrontar el curso escolar con un mayor nivel de inmunidad, cuestión que se presume clave para la evolución epidémica este otoño.

Las cifras de vacunación, pese a todo, siguen siendo buenas y, hasta cierto punto, se comprende que cueste más rellenar todos los huecos cuando el colectivo que queda por vacunar es mucho más pequeño. Dos de cada tres jóvenes de entre 16 y 18 años ya han iniciado el tratamiento y la mitad de los adolescentes de entre 12 y 15 han recibido la primera dosis (las cifras de Nafarroa son muy similares).

Atendiendo a la velocidad de vacunación, un retraso de 72.000 citas equivale a 15 días. Sin embargo, es previsible que el ritmo vaya decayendo y que la campaña de vacunación no tenga un final muy definido.