No hay manera de dejar de hablar de la huelga general en Hollywood, finalmente desconvocada. Porque el accidente mortal ocurrido durante el rodaje del western ‘Rust’ vuelve a poner de relieve las malas condiciones laborales que se dan en esa industria, en la que el trabajo temporal se presta a todo tipo de irregularidades en las contrataciones.

Además, esta película, que ha quedado en suspenso por lo acontecido, es el típico ejemplo de producción barata donde la falta de presupuesto fuerza las prisas por acabar a cualquier precio, con jornadas interminables que se prolongan hasta las trece horas ininterrumpidas en el set.

Es cierto que para la cinefilia las películas de serie B siempre han tenido una consideración romántica, pero a costa de no querer ver la realidad de equipos técnicos y artísticos mal pagados y sufriendo condiciones penosas en su quehacer.

La prensa sensacionalista juega una vez más su papel a favor del sistema establecido, por lo que carga las culpas en personas concretas con nombre y apellidos, cuando en realidad la responsabilidad última es de un tejido empresarial fuera de control que provoca tragedias humanas como la ocurrida en el rancho Bonanza Creek de Santa Fe, en Nuevo México.

Esta vez es noticia porque hay un actor famoso de por medio, pero en otros tantos rodajes modestos ocurren cosas parecidas y nadie se hace eco de ellas.