Sergio Iglesias

Askatasun beharra, bizitzeko gogoa…

Gatibu hizo las delicias del público en su esperado concierto. (Monika DEL VALLE/FOKU)
Gatibu hizo las delicias del público en su esperado concierto. (Monika DEL VALLE/FOKU)

Con lo fácil que habría sido titular esta crónica ‘Euritan dantzan’ y aprovechar el título de la canción de Gatibu, para enlazarlo con las horribles condiciones climatológicas que hemos vivido hoy… Pues no voy a negar que se me había pasado por la cabeza hacerlo, pero al final he optado por no hablar del tiempo, que esas cosas están muy bien como un recurso para cuando te encuentras con alguien en el ascensor, pero es que aquí estamos hablando de música y, sobre todo, de los sentimientos que transmite.

Así que el titular se queda como está porque, además, creo que refleja a las mil maravillas lo que sentían y lo que venían a buscar, después de todo lo que hemos pasado, la gran mayoría de las personas que estaba viendo a Gatibu celebrar (por fin) su 20 …+1 aniversario: «Bai. Zelan dekoten askatasun beharra, bizitzeko gogoa».

Tras varias cancelaciones por los motivos que todas conocemos, los de Gernika llegaban al BEC de Barakaldo, con unas ganas brutales de encontrarse con sus fans y ofrecerse como la solución ideal para salir de este agujero, en el que llevamos metidos y metidas demasiado tiempo. Ya lo decía el título de su último disco publicado hasta el momento: ‘Musikak salbatuko gaitu’, y así es, porque cuando parece que no queda nada, siempre nos queda la música.

Así que, dispuestos y dispuestas a salvarse, un montón de almas se dieron cita en Barakaldo,  para ver a una banda que lleva más de dos décadas demostrando tener un magnetismo y una conexión especial con la gente, aparte de una sorprendente capacidad para fabricar himnos que ya son parte de la historia reciente de la música popular en Euskal Herria, como ese ‘Muzturrek sartunde’, que daba inicio a dos horas y media de diversión ininterrumpida.

Tras el txupinazo inicial, llegarían dos temas más de ‘Zoramena’, el álbum con el que debutaron allá por el 2002: ‘Bilusik’, con sonido de alboka que nos retrotrajo a los tiempos de Exkixu, y ‘Lorak eskeintzen’, con Haimar dando sus primeras clases magistrales de guitarra de la noche, en un punteo realmente épico.

Tras los primeros saludos, el escenario se convirtió en una pista de baile al ritmo de ‘Inpernuen ate joka’ y Alex empezó a interactuar con un público que ya venía más que predispuesto a darlo todo y a corear cada canción de los gernikarras.

Con el swing de ‘Pailazo’, entraron en el escenario Gari, Mikel y Txikitin, llegados desde Santutxu y que, a lo largo del concierto, imprimieron un carácter diferente a varias de las composiciones clásicas de Gatibu.

A partir de ahí, todo se convirtió en una fiesta en la que la banda mostró su versatilidad con sonidos que iban desde el funky y los ritmos discotequeros de temas como ‘Kalekatue’ o ‘Iraultza alaia’ (uno de los momentos de la noche con el público totalmente entregado y coreando «Oh ama lurra, betiko lurra herri txiki bat aurrera begire bizirik dago gure arima, bizirik gure iraultza sinistu dagigun posible dala irrifar bategaz dana aldatu leikela gure hizkuntza martxan dago eta zabaldu egizu mezue») al pop de ‘Urepel’ o ‘Zoramena’, hasta el rock más clásico de ‘Bizitzeko gogoa’ y, sobre todo, ‘Gerra gogoa’, donde destacó la aportación de Leire, la cantante que se habían traído para este concierto tan especial y que también dio otro aire a las canciones. Apoyando en las voces a un Álex, que demostró, una vez más, estar sobrado de carisma y ser el alma mater de una banda en la que todo funciona como un reloj y en la que todos aportan, desde la base rítmica, donde destaca la pegada del santutxuarra Gaizka Salazar, a la ya comentada maestría de Haimar Arejita a las seis cuerdas, o la maravillosa sección de percusiones que han incorporado para estos conciertos.

Así terminaba este primer bloque en el que Gatibu demostró estar a un nivel muy muy alto, antes de hacer una mínima pausa para reestructurar el escenario e interpretar dos temas en formato acústico: el emotivo homenaje a los presos y presas en ‘Nire ondoan baziña’, acompañado por el desgarrador sonido del saxo de Mikel, y ‘Biarritz’, para el que invitaron a Batiz, una persona que fue fundamental en los inicios de la banda y que les acompañó con el slide, en una canción con tintes americanos.

Sorpresas

Una vez bajadas las pulsaciones, pero con las emociones por las nubes, volvemos al formato normal, para dar paso a otro de esos himnos que mencionábamos más arriba y que, como hemos dicho, venía que ni pintado con el día que habíamos pasado: ‘Euritan dantzan’ atronó acompañada de la primera de las coreografías preparadas por las chicas de Ross Dantza Eskola de Gernika, grupo que volvería a salir más adelante y que hicieron un trabajo extraordinario de animación en los momentos necesarios.

Pero todavía nos quedaban más sorpresas y colaboraciones como la de Cristian Daniel de Resita en ‘Egunon’, un tema que se hizo inmenso, apoyado en los sonidos ska de los vientos, que le daban otra visión muy diferente a la del original, incluido en su disco ‘Disko infernu’.

La sensual ‘Eztanda egin arte’, con Leire destacando en las voces y el swing de ‘Egurre Emon’, una de las dos canciones de ‘Musikak salbatuko gaitugu’ que sonaron en el concierto, dieron paso a una nueva aparición de las chicas de Ross Dantza Eskola, que bailaron al ritmo de los sonidos  funkys que aportaba el trío de vientos en ‘Ez naz makurtuko’, todo ello acompañado por un juego de luces que encajaba perfectamente con el carácter festivo de la noche.

Por si faltaba algo, también hubo una txalaparta a modo de introducción de ‘Doniene’ que, a ratos sonaba a hip hop y a ratos a swing, mientras en el escenario todo era una fiesta: bailarinas, saxo, trombón, trompeta, alboka… y una banda encantada de cumplir 20 años que iba enfilando el final de la celebración con otro himno que no podía faltar: ‘Bang bang Txik Txiki Bang Bang’, que precedía a ‘Ez naiz epaitu’ y a ‘Zeu zeu’, celebrada y coreada por el público que abarrotaba el BEC, justo antes de que se despidieran por primera vez con una versión del archiconocido ‘Misirlou’ de Dick Dale, que Quentin Tarantino popularizó en Pulp Fiction, y que les quedó pero que muy bien.

Cuando el reloj marcaba las dos horas de concierto, el primer bis comenzó con un tremendo Gaizka Salazar machacando la batería sin compasión en ‘Bixotzetik’, a la que seguiría la rockera ‘Bixotza suten’, incluida en ‘Zazpi kantoietan’, y que precedía a una nueva despedida con ‘Aske maitte’, donde se volvió a lucir Leire, acompañando en las voces a Alex.

Tras unos minutos de hacerse de rogar, la banda volvió, esta vez sí, para el final de fiesta con ‘Gora Kopak!’, reconvertida por las circunstancias en «Gora mobilek!», y ‘Gabak zerueri begire’, con la que se despedían, definitivamente, agradeciendo a todo el mundo (producción, técnicos, público, pipas, colaboradores…) y dando por finalizada una noche en la que, de nuevo, la música nos volvió a salvar del aburrimiento y la apatía, haciéndonos olvidar que el invierno ha llegado y dejando claro que, como decía el tango, «20 años no es nada…», y que a Gatibu todavía le quedan muchos años para seguir salvando almas.

Zorionak Gatibu!