Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

La abogacía y la corrupción

‘EL CASO VILLA CAPRICE’
Estado francés. 2020. 103’ Tit. Orig.: ‘Villa Caprice’. Dtor.: Bernard Stora. Guion: Bernard Stora y Pascale Robert-Diard. Prod.: David Grumbach y Jean-Pierre Guérin. Int.: Niels Arestrup, Patrick Bruel, Irène Jacob, Paul Hamy, Michel Bouquet, Laurent Stocker, Claude Perron.

Un duelo interpretativo entre Niels Arestrup y Patrick Bruel.
Un duelo interpretativo entre Niels Arestrup y Patrick Bruel. (NAIZ)

Oportunidad para descubrir al veterano realizador Bernard Stora, cuya película mejor considerada es ‘Un déragement considérable’ (1999). Después ha trabajado más como guionista, y no digamos ya en la televisión, donde ha hecho buenos dramas como ‘La dernière campagne’ (2013), con Bernard LeCoq en el papel de candidato político.

En el mundo de la política se desarrolla también ‘Villa Caprice’ (2020), una película que ha sido escrita por el propio Stora con la ayuda indispensable de Pascale Robert-Diard, cronista judicial del diario ‘Le Monde’. Este ha investigado la figura real del gran abogado Olivier Metzner, que se suicidó en el año 2013. El argumento intenta recrear el tipo de situación que pudo llevar a un brillante letrado a quitarse la vida. Por eso la película reflexiona acerca de hasta qué punto se puede defender a grupos de presión o delincuentes influyentes sin verse implicado en sus delitos e ilegalidades.

Está claro que cuando un gran capo o empresario fraudulento se ve investigado no duda en contratar al mejor abogado, y por muy insobornable que se le suponga se acaba poniendo encima de la mesa cantidades de dinero o favores que no se pueden rechazar. En ‘Villa Caprice’ (2020) el millonario al que da vida Patrick Bruel es investigado por la polícia como sospechoso de haber adquirido la mansión del título en la Costa Azul mediante sobornos, así que cuando los gendarmes registran de arriba a abajo su propiedad acude un famoso abogado, especialista en delitos financieros, interpretado por Niels Arestrup.

La película escenifica un duelo actoral en toda regla entre Niels Arestrup y Patrick Bruel, basado en el choque de caracteres antagónicos. Mientras el segundo responde al perfil de alguien acostumbrado al lujo, el primero es un tipo desaliñado y entregado de lleno a su profesión.

El uno intenta a atraerle al otro con invitaciones al ocio y paseos en yate, pero esa relación de poder se irá tensando más y más, a medida que el juego de corrupción se hace más evidente. Recuerda al cine del maestro Chabrol, al mostrar la realidad de los despachos de los altos cargos.