
El enfant terrible del cine mexicano Michel Franco volvía a la Mostra de Venecia con ‘Sundown’ (2021), al mismo festival donde había ganado anteriormente el Gran Premio del Jurado con su alegoría política ‘Nuevo orden’ (2020).
Esta vez la suerte no se iba a repetir, porque su nueva realización es más de transición, una especie de tregua después de haber hecho una película tan provocativa y caótica. Supone un paso intermedio en su camino hacia Hollywood, siguiendo la estela dentro del cine de autor de tantos otros compatriotas suyos, y así ya prepara allí un proyecto protagonizado por Jessica Chastain y Peter Sarsgaard.
Antes ha vuelto a contar con Tim Roth, al que ya había dirigido en ‘Chronic’ (2015), y que se erige en el absoluto protagonista de esta película rodada en Acapulco.
‘Sundown’ (2021) es un drama existencial de lo más introspectivo, que se mueve estilística y conceptualmente entre el cine de Antonioni y el de Ozon, si bien el argumento puede recordar algo al de la película sueca de Ruben Östlund ‘Fuerza mayor’ (2014).
El protagonista es un heredero británico que veranea con su hermana y sus dos hijos adolescentes en un resort vacacional mexicano. Su aparente tranquilidad se ve rota con la noticia del fallecimiento de la madre, ante la cual la hermana reacciona rápidamente, mientras a él no parece afectarle y prefiere seguir disfrutando de la playa con la excusa de que ha extraviado el pasaporte.
La película, que dura poco más de ochenta minutos, parece un cortometraje alargado, y se mantiene siempre en un plano distante y observacional frente al proceder de un hombre que no se siente atraído por la herencia familiar en la industria de los mataderos cárnicos, prefiriendo evadirse y ensayar un nuevo e hipotético modo de vida más anónimo, junto a una joven nativa y tomando una habitación barata en el lugar.

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