Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

La fase crepuscular del mítico inspector

MAIGRET
Estado francés-Bélgica. 2022. 89’ Dtor.: Patrice Leconte. Guion: Patrice Leconte y Jérôme Tonnerre, sobre una novela de Georges Simenon. Prod.: Jean-Louis Livi y Philippe Carcassonne. Int.: Gérard Depardieu, Jade Labeste, Melanie Bernier, Aurore Clément, Hérve Pierre, Pierre Moure.

No han faltado las caricaturas de Depardieu por su rol de Maigret.
No han faltado las caricaturas de Depardieu por su rol de Maigret. (NAIZ)

Una declaración de amor al cine noir clásico a cargo del veterano director Patrice Leconte, que ha escogido a un actor de su quinta para encarnar a un Maigret setentón, muy al límite de lo que podría permitir el personaje original creado por el novelista Georges Simenon.

La elección de Gérard Depardieu para el papel ha desatado la polémica en el Estado francés por cuestiones extracinematográficas, en un momento en el que se cuestiona su amistad con Putin y las acusaciones de abusos y agresiones sexuales. Pero el actor está inmenso una vez más en la gran pantalla, y su decadente caracterización encaja con el retrato nostálgico y sombrío que Laconte quiere ofrecer del inspector y su entorno, hasta obtener una obra crepuscular de una belleza mortecina, en el sentido más viscontiano de la palabra.

Depardieu no empaña la memoria del gran Jean Gabin, que era el preferido de Simenon, ni del resto de los muchos actores que le precedieron en el cine y la televisión personificando al icónico comisario de la gabardina, el sombrero y la pipa.

‘Maigret’ (2022) se basa en la novela ‘Maigret et la jeune morte’, con las lógicas licencias para adecuar la historia a un periodo terminal. Vemos a un Jules Maigret cansado, al que de entrada su médico le conmina a que deje de fumar, mientras él sigue rellenando su pipa de tabaco.

No acepta el consejo de un descanso o una prejubilación, a pesar de que le cuesta arrastrar su pesado cuerpo por los lugares de la investigación, sobre todo si se trata de subir escaleras para llegar a la buhardilla de la víctima, una joven cuyo cuerpo sin vida ha aparecido vestido con un lujoso traje, cuando en realidad era una chica pobre de provincias que había llegado a París en búsqueda de trabajo o de novio.

Nadie parece recordarla, nadie la reconoce, hasta que halla a una chica que guarda una asombrosa similitud con ella.