Iker Fidalgo
Crítico de arte

Oportunidades

Este paradigma ha sido bautizado en diversos campos como ‘Ocularcentrismo’ y es característico del desarrollo en occidente. Muchas voces críticas han levantado la voz en tanto en cuanto el excesivo protagonismo de la experiencia visual fragmenta y diluye el resto de opciones. Esto desemboca en un mundo basado en las carencias y en la falta de otras sensibilidades o formas de sentir. Todo lo que nos rodea es un estímulo para nuestra mirada. Desde nuestra manera de recordar a nuestros seres queridos, elegir la ropa que vestimos o decidir nuestro próximo lugar de vacaciones. Todo está estructurado a golpe de fotografías, videos, mensajes, etc., en definitiva, imágenes. Pero este sistema tiene su contrapartida. La excesiva carga de información constante acaba consiguiendo casi el efecto contrario. Al igual que nuestros ojos se cierran ante una luz potente y excesiva, nuestra percepción no es capaz de asumir todo lo que se nos presenta. Es por eso que al final la acumulación de contenido puede llegar a sobrepasarnos.

Una de las fortalezas del arte contemporáneo es su capacidad para poner la lupa sobre determinadas cuestiones que de otra manera quedarían relegadas al margen. Ante esta lluvia incesante de información, nos proporciona la pausa necesaria para poder digerir aquellos relatos a los que nos enfrentamos. Como público tenemos la obligación de exigir espacios e iniciativas para que esto ocurra. Pedir oportunidades para que se rompan las jerarquías habituales de la visibilidad y podamos experimentar desde otros lugares y contextos. Dar voz a nuevas generaciones cuyas propuestas están concebidas desde el presente.

El Área de Cultura del Ayuntamiento de Bilbo vuelve con una nueva edición de su programa ‘Expodistrito’. Una iniciativa que trata de descentralizar la programación cultural de la capital vizcaina y extenderla hacia otros espacios con habitualmente menos presencia programática de contenido artístico. Y es que la ciudad está tan condicionada por la presencia de los grandes museos e instituciones como el Guggenheim o el Museo de Bellas Artes así como el circuito de galerías públicas y privadas, que se antoja previsible la confluencia de oferta en el centro. Incluso muchas iniciativas independientes como Okela o La Taller, han encontrado su espacio de trabajo en el casco antiguo. Para eso, entran en juego los centros municipales de siete distritos: Deusto, Uribarri, Otxarkoaga/Txurdinaga, Begoña, Ibaiondo, Abando y Rekalde. Todos ellos participan de un programa expositivo itinerante que comenzó en abril y se alarga hasta junio de este año. Dentro de la oferta encontramos un planteamiento basado en la pintura y en la fotografía. Ambas disciplinas sirven para abordar las diferentes temáticas que se ponen a disposición del público.

La colaboración que desde hace unos años existe entre el Centro Cultural Montehermoso de Gasteiz y la Facultad de Bellas Artes de la UPV-EHU, tiene como resultado la creación de un programa expositivo del alumnado. Los y las alumnas son egresadas y se encuentran ya en fases de posgrado. Esta condición garantiza, a pesar de encontrarse aún en fases iniciáticas, el grado de madurez necesario para el desarrollo de sus proyectos. Tras el paso de Daniel Garay, Ane Berganza y Nora Goyalde, es ahora el turno de la última de las premiadas de la pasada edición. Paula Huarte (Aoiz, 1994) habitará la Sala Jovellanos del centro gasteiztarra hasta el próximo 12 de junio. Su proyecto ‘Último día en el parque’ funciona como una instalación conformada por diferentes piezas y trabajos que conservan su personalidad propia. Rostros de gestualidad algo naif se despliegan por la sala. En un primer vistazo nos recuerdan a personajes de la cultura popular para luego reivindicarse como parte del propio imaginario de la artista. Delicadas piezas de gran carga poética y ornamental conviven con tapices, cerámica esmaltada y nubes colgantes. La sugerencia táctil no nos deja indiferentes y acabamos entendiendo una atmósfera de colores saturados y texturas sugerentes que nos atrapa con cierto magnetismo hacia una historia que se va desvelando según nos adentramos de manera más profunda en el mundo propio de la artista.