NAIZ
Gasteiz

Errekaleor rechaza la «repugnante estrategia machista» del policía infiltrado en Barcelona

Errekaleor Bizirik ha mostrado su solidaridad a los colectivos afectados por la infiltración de un policía español en movimientos sociales. El agente pasó por el barrio gasteiztarra, que ha denunciado la «repugnante estrategia machista de entablar relaciones sexoafectivas» para obtener información.

Mural en el barrio gasteiztarra de Errekaleor.
Mural en el barrio gasteiztarra de Errekaleor. (Jaizki FONTANEDA | FOKU)

El agente que se infiltró en movimientos sociales de Barcelona bajo la identidad de Daniel Hernàndez Pons visitó el barrio gasteiztarra de Errekaleor durante unas jornadas libertarias organizadas en septiembre de 2021, según se apuntaba en la información publicada por ‘La Directa’. Errekaleor Bizirik ha emitido un comunicado en el que rechaza «la repugnante estrategia machista y sexista de entablar relaciones sexo afectivas con compañeras militantes para obtener información», extremo que han denunciado, al menos, ocho mujeres.

«Una vez más, la Policía hace uso de la violencia machista para llevar a cabo sus estrategias represivas», apunta la nota. Desde Errekaleor Bizirik se han solidarizado con ellas, así como con los colectivos. «Denunciamos el acoso y la represión por parte de los cuerpos de seguridad del Estado», han señalado, además de ofrecer «apoyo en lo que sea necesario».

Del mismo modo, han trasladado su «preocupación» ante el hecho de que estas operaciones «sean orquestadas desde la oficina del ministro del Interior», Fernando Grande-Marlaska. «A este personaje ya se le conoció en su momento en Euskal Herria por su responsabilidad directa en muchos casos de detenciones, torturas y encarcelamientos a quienes eran militantes del movimiento vasco de liberación nacional. Legalizó la tortura y el encarcelamiento arbitrario». Errekaleor Bizirik observa en esta infiltración «una prueba de que siguen manteniendo las mismas tradiciones represivas».

La organización del barrio gasteiztarra entiende que esta infiltración «busca criminalizar, mostrar una falsa imagen de lo que es la okupación y la autogestión, distorsionando nuestra lucha y la de otros colectivos».