I.S.

EH Bildu entra al debate sobre la creación de la riqueza y el modelo de empresa

De la mano del director de programa de EH Bildu, Pello Otxandiano, un grupo de personas involucradas en empresas han desarrollado un planteamiento que analiza la situación de la industria vasca, plantea qué debates se deben dar ante la pérdida de peso y establece líneas de actuación.

El director de programa de EH Bildu, Pello Otxandiano, presentará la propuesta el próximo martes en Bilbo
El director de programa de EH Bildu, Pello Otxandiano, presentará la propuesta el próximo martes en Bilbo (Jon URBE | FOKU)

«Política industrial emprendedora». Ese es el término con el que EH Bildu acuña en un documento su propuesta socioeconómica para mejorar la creación de riqueza. Como ya hizo con su propuesta «Euskal Eredua», lo presentará ante agentes políticos y socioeconómicos el próximo martes en Bilbo, en el Palacio Euskalduna. Recientemente, en el Foro Europa, Arnaldo Otegi ya avanzó algunas de las ideas que plantea esta propuesta. Ahora es Pello Otxandiano, el director de programa de EH Bildu, el encargado de definir en qué se concreta.

Desde la coalición soberanista consideran que este es un debate que está abierto a nivel mundial, que hay una tensión dialéctica entre los neoliberales y autores que hacen una enmienda a la financiarización de la economía y al trasvase de recursos sociales al capital. En este contexto, Euskal Herria debe analizar su situación y tomar medidas, porque el balance que hace EH Bildu sobre cómo está la industria vasca no es indulgente.

Según Otxandiano, en los últimos años se ha vendido y perdido tejido industrial, bastantes empresas han perdido su arraigo vasco y hay debilidades extremas en sectores estratégicos, como el tecnológico. Hay datos objetivos que demuestran esa degeneración paulatina de la fortaleza industrial vasca. La entrada de fondos, la venta de empresas de todos los tamaños a grupos extranjeros o la falta de una estrategia para la innovación es indiscutible.

Vistos estos efectos, se puede concluir que la política industrial que llevan a cabo las administraciones vascas no es eficaz, ni está bien diseñada ni se ejecuta bien. En general, no se tienen en cuenta las especificidades del tejido industrial vasco, por lo que no se acierta en las teclas a tocar. Según Otxandiano, incluso cuando se plantean políticas públicas válidas o interesantes, «no se aterrizan en nuestra realidad», y por eso también fracasan.

Para atajar estos problemas, EH Bildu plantea definir en qué áreas debe intervenir lo público, cómo articular el marco vasco de relaciones laborales, una reflexión sobre el nuevo modelo de empresa, y el debate e las 32 horas semanales. Todos estos son debates que se están dando dentro del mundo empresarial y que tarde o temprano alcanzarán a la sociedad vasca, por lo que la coalición plantea que hay que anticiparse y ver cómo se pueden desarrollar en Euskal Herria.

Otxandiano constata que cuando se habla de nuevo modelo de empresa, en Euskal Herria ya existen muchas experiencias ejemplares, con relaciones sociolaborales más justas, con una arquitectura empresarial más equilibrada, con participación en decisiones e incluso en el capital… Esos otros modelos de gobernanza no se dan solo en las cooperativas. Por supuesto, las dificultades también son evidentes y no se deben ocultar. Estas experiencias deberían reforzar ese nuevo modelo de empresa y su democratización, que requiere el compromiso con las personas y las comunidades por parte de la empresa y, de igual modo, de las personas y las organizaciones con las empresas.

Una reflexión, muchos debates y un posicionamiento

La relación del soberanismo de izquierda con el mundo empresarial es, como mínimo, complicada. No porque no tenga empresarios entre sus filas, ni porque no tenga una visión clara de cómo crear y repartir riqueza, sino porque vive alejada de las estructuras de poder empresariales que manejan el país y porque tiene presiones para mantener una distancia de «seguridad» respecto al mundo de la empresa, en general. Otxandiano relata que, según sus interlocutores, una gran parte del empresariado vasco no se ve representado por los consorcios empresariales oficiales. También piensa que el sindicalismo vasco debe adaptarse a esta nueva realidad socioeconómica antes de que sea irreversible. Incentivar esos debates entre los diferentes sectores es parte del objetivo de este trabajo.

Las últimas encuestas muestran que la población ve al PNV más asociado al mundo económico y empresarial, mientras que sitúa a los abertzales más ligados a cuestiones sociales. EH Bildu quiere demostrar que no solo es más justa repartiendo los recursos existentes, sino que también puede acertar a generar riqueza y un mayor bienestar. A su vez, piensan que en este terreno hay cuestiones inaplazables, que no pueden esperar el par de legislaturas que normalmente tarda el PNV en aplicar las mismas políticas que cuando las propuso por primera vez EH Bildu consideraba inviables.