Maite Ubiria

Sophie Binet toma los mandos de la CGT en plena batalla por las pensiones

El congreso para designar a la nueva dirección de la CGT ha sido todo menos previsible. El informe de gestión de Philippe Martinez ha sido amonestado, pero su línea de favorecer la unidad sindical se ha visto refrendada como herramienta básica de la nueva dirección que liderará Sophie Binet.

Sophie Binet, la nueva secretaria general de la CGT francesa.
Sophie Binet, la nueva secretaria general de la CGT francesa. (Stephane DE SAKUTIN | AFT)

Tres cuartas partes de los participantes en el 53 Congreso de la Confederación General de Trabajadores (CGT) emitieron un voto crítico sobre la gestión del secretario general saliente, Philippe Martinez, aunque la ponencia ganadora del congreso, con sus más y sus menos, recoge su principal legado, el de construir una unidad sindical que permita afrontar con mayores garantías el desmontaje de derechos laborales al que se dedica con fruición el macronismo.

Tras ese empate técnico, los delegados de la CGT optaban, a primera hora de este 31 de marzo, por una candidata que no partía con el sello de la dirección saliente y, así las cosas, Sophie Binet se convertía en la nueva secretaria general del segundo sindicato más fuerte del Estado francés. Será además la primera mujer en situarse a los mandos de la central creada en 1895.

Binet no ha dado dejado lugar a las especulaciones y ha ratificado en su discurso de cierre del convulso cónclave sindical la línea de rechazo abierto a la reforma de pensiones.

Irá a Matignon, pero a decir «no»

Y esa clarificación era importante en un momento en el que el Gobierno de la primera ministra, Élisabeth Borne, juega a «retomar el diálogo social» a la par de insistir en que la crisis abierta por la reforma que retrasa la edad de jubilación en dos años «debe quedar atrás» para hablar de otras cuestiones ligadas al «cambio de percepción sobre el trabajo».

La nueva secretaria general de la CGT ha dejado claro que acudirá al encuentro propuesto por la premier francesa en Matignon, el próximo 5 de abril, pero también que lo hará «para decir no a la reforma de las pensiones y siempre en el marco de una intersindical unida».

«No vamos a renunciar a nada, máxime cuando se nos dice que no habrá tregua, no habrá suspensión, no habrá mediación» ha aclarado Binet, denostando la cerrazón gubernamental, que ha echado atrás cada una de las propuestas cursadas por la intersindical para encauzar la crisis.

Dejar sin luz al Elíseo

Sophie Binet ha dejado en su discurso una frase que, a buen seguro, hará que el macronismo la designe desde hoy como «exponente del sector duro sindical».

Ha advertido a Macron de que si no renuncia a su reforma puede ver cómo el Eliseo «se apaga», en referencia a los cortes de luz que han llevado a cabo huelguistas de la compañía EDF en distintas sedes de electos que han votado por la reforma de pensiones.

Con las miradas repartidas, entre la nueva cita movilizadora, la del 6 de abril, que será la décimo primera protesta general contra la propuesta de retrasar a los 64 años la edad de jubilación y adelantar a 2027 el aumento a 43 años de los años de cotización, y la fecha del 14 de abril en que el Consejo Constitucional responderá a los cinco recursos presentados sobre la reforma, la nueva líder sindical ha asegurado que «no volveremos al trabajo hasta que se retire la reforma».

Ese nuevo guiño a sus compañeros de sindicato que hacen huelga para forzar al Gobierno a retirar su reforma le ha reconciliado con todos los sectores de la CGT, que han ovacionado esa muestra de determinación al cierre del congreso en Clermont-Ferrand.

Liderazgo a construir

Sophie Binet tiene ante sí la ardua tarea de recomponer el sindicato tras un congreso en el que se han dejado ver demasiadas costuras rotas.

De hecho, la falta de consenso que generaron las otras dos candidatas en liza, Marie Buisson, avalada por el secretario general saliente, y la postulante alternativa Céline Verzeletti, llevó a buscar un punto de encuentro en la figura de Sophie Binet, que deberá zafarse del estigma de ser una secretaria general «por descarte».

Exinspectora de Educación

Una noche de transacciones dio paso a una votación, a las 8.45 de este viernes, que dejaba el siguiente resultado: Sophie Binet ha salido elegida por 61 votos a favor, 11 en contra y 16 abstenciones.

La nueva líder cegetista, de 41 años de edad y procedente de la poderosa federación de Educación, se inició en el sindicato estudiantil Unef, y desde 2018 ha ocupado la dirección de la Federación de Ingenieros, Cuadros y Técnicos (Ugict).

Su nombramiento rompe con la tradición no escrita de que a la cabeza de la CGT se sitúe un militante procedente de sectores productivos tradicionales –el propio Philippe Martinez fue empleado de Renault antes de asumir responsabilidades en el sindicato– pese a que la evolución del mercado laboral ha llevado a que los empleados públicos sean la principal cantera de afiliación de los sindicatos franceses, también, aunque de forma más matizada, en el caso de la histórica CGT, a cuyo frente se sitúa desde hoy una exinspectora de Educación.

Procedente de la comisión ejecutiva federal, un órgano ampliado de la dirección del sindicato que tiene a gala ser el que cuenta con mayor número de afiliados –unos 640.000, según datos internos de la CGT correspondientes a 2022–, Sophie Binet es una referencia para colectivos que luchan por la cuestión medioambiental y también por la igualdad entre hombres y mujeres.

También es conocida para los lectores de‘'L'Humanité’, donde firma una crónica laboral.