El Gobierno navarro ha retirado un total de 435 símbolos franquistas en cumplimiento de la ley, según ha explicado la vicelehendakari y consejera de Memoria y Convivencia, Acción Exterior y Euskara, Ana Ollo, en el Parlamento, respondiendo a una solicitud de EH Bildu.

Ollo ha destacado que Nafarroa es valorada como «la región que más trabajo ha hecho» en este ámbito, aunque ha reconocido que queda tarea por realizar y ha subrayado la colaboración que mantienen con las entidades locales, así como con asociaciones memorialistas, familiares, entidades locales e investigadores.

La vicelehendakari ha subrayado que el trabajo de retirada de simbología franquista comenzó en 2015, con la lehendakari Uxue Barkos. En este sentido, ha recordado que la laureada del Palacio de Nafarroa no se retiró hasta octubre de 2016, 65 años después de ser instalada.

En la pasada legislatura, 2019-2023, Ollo ha explicado que «se realizó un cribado de actas municipales para localizar distinciones, nombramientos y títulos honoríficos dentro del ámbito municipal», como son los nombramientos de hijo predilecto a Francisco Franco y a otros dirigentes fascistas, que estaban en la práctica totalidad de los municipios. Todo ello para lograr «una democratización del espacio público».

Asimismo, «se continúan desarrollando actuaciones para promover la retirada de simbología franquista en los casos en que hay constancia de que permanece algún vestigio».

De este modo, ha explicado que se ha enviado a las entidades locales un nuevo documento para saber si persiste simbología franquista y que existen convenios de colaboración con el Gobierno de Lakua, la Generalitat de Catalunya, el Gobierno español y la FNMC.

Ollo ha reclamado que las actuaciones en materia de memoria se deben realizar con el mayor consenso posible, mencionando expresamente el Monumento a los Caídos de Iruñea.

EH Bildu: «Hay que culminar el proceso en esta legislatura»

Para Arantza Izurdiaga (EH Bildu) es evidente que se ha avanzado en esta cuestión, pero ha advertido de que todavía quedan algunos símbolos por retirar. Por ello, ha defendido que esta legislatura debe ser la definitiva para culminar este proceso. También ha reclamado del Gobierno que se elabore un protocolo para que las entidades locales puedan aplicar el procedimiento sancionador a quienes incumplen la obligatoriedad de retirar los símbolos franquistas.

Iñaki Iriarte (UPN) ha defendido «la democratización del espacio público» pero ha acusado al Gobierno de «jugar con dos barajas», antes de subrayar que «en este país ha habido un doble trauma, la dictadura y el terrorismo». Ha criticado que se permitan calles en honor «de quienes se levantaron en 1934» mientras se retiran símbolos franquistas y que EH Bildu esté preocupada por esta cuestión cuando, a su juicio, permite la existencia de pintadas, murales y fotos de presos en los espacios públicos. En esta línea, ha vuelto a mencionar la presencia de fotos de presos en Korrika.

Inma Jurío (PSN) ha destacado se está avanzando en este ámbito y que «no hay paralización de las actuaciones» y ha acusado a UPN de utilizar las menciones a las fotos de los presos para ocultar que UPN no tiene una posición clara en materia de memoria histórica y que nunca ha votado a favor de las leyes de memoria histórica.

Mikel Asiain (Geroa Bai) ha cuestionado el compromiso de EH Bildu en memoria histórica, al considerar que hay ayuntamientos que no cumplen con lo establecido en espacios como los cementerios. Junto a ello, ha puesto en valor la labor de personas como José María Jimeno Jurío y colectivos memorialistas.

Irene Royo (PP) ha leído unos folios escritos por Javier García antes de conocer el contenido de la comparecencia de Ollo en los que cuestionaba el liderazgo de Nafarroa en materia de memoria histórica y preguntaba qué derechos se conculcan en las comunidades gobernadas por el PP. Así se las ponían a Fernando VII y Ollo le ha recordado que hace poco más de un mes el PP y Vox han derogado la Ley de Memoria Histórica de Aragón y que hay actuaciones cuestionables en el País Valencià y Madrid. Royo también ha recurrido al mantra de la presencia de fotos de presos en Korrilka.

Carlos Guzmán (Contigo-Zurekin) ha destacado que «se está incumpliendo la ley mientras quede un solo símbolo franquista, lo que no quita para reconocer el trabajo que están haciendo». Ha reclamado que «es imprescindible democratizar el conjunto del espacio público para no revictimizar a las víctimas» y ha abogado por el derribo del Monumento a los Caídos, «porque no cabe resignificación».

Vox: «Respeto para los vencedores»

Maite Nosti (Vox) ha subrayado que en 1936 en Nafarroa había «un clima favorable al Alzamiento Nacional» por el «descontento con las políticas republicanas y la inseguridad». Ha destacado que no hubo «enfrentamientos armados» y que 22.500 navarros lucharon como voluntarios en el bando fascista junto a 18.000 soldados en las filas del Ejército, de los que murieron 4.000. «No es preciso ofender a la parte vencedora de la Guerra Civil», ha reclamado, antes de defender que «hicimos una Transición ejemplar».

«Los vencedores merecen el mismo respeto que los vencidos», ha insistido. Paradójicamente, ha revelado que utilizó la web del Gobierno navarro para denunciar la presencia de una placa en honor de muertos del bando franquista en la iglesia de Arre, «en un municipio gobernado por la izquierda». Su denuncia fue efectiva, porque la placa se retiró.