La vicelehendakari Ana Ollo ha presidido este viernes el acto institucional de homenaje al medio millar de navarros y navarras que fueron internados entre 1939 y 1945 en el campo de concentración de Gurs, en las proximidades de la localidad occitana de Auloron. Posteriormente, en esta localidad ha visitado una exposición dedicada al artista navarro, Gerardo Lizarraga, que también conoció la vida en los campos de internamiento franceses.

Con el objetivo de reivindicar el compromiso con la democracia y frente al fascismo de todas y cada una de esas personas se ha inaugurado un monumento con sus nombres en un acto en el que también han participado familiares, asociaciones, alumnado del IES Lizarraldea y una representación de los grupos parlamentarios PSN, EH Bildu, Geroa Bai y Contigo-Zurekin. Ni UPN, ni PP ni Vox ha enviado representantes a Gurs.

El monumento, que consta de una placa con la silueta del mapa de Nafarroa que recoge todos los nombres y un tótem, rodeado por árboles que representan las distintas zonas del herrialde. Se completa así con este conjunto los símbolos ya presentes desde en 2017 en dicho espacio desde que realizara el primer acto institucional oficial, con la participación de los lehendakaris Iñigo Urkullu y Uxue Barkos.

El acto celebrado hoy ha tenido un enfoque más educativo (es un espacio visitado por muchos centros escolares en el marco el programa Escuelas con Memoria del Instituto Navarro de la Memoria) aunque se ha contado también con una amplia representación institucional (además de las autoridades navarras han acudido el alcalde de Gurs y el alcalde de Gèus d’Auloron y tercer representante de la comarca de Alto Bearn, Claude Lacour) y social. En este sentido ha tenido especial protagonismo la Asociación Terres de Mémoire(s) et de Luttes cuyo representante Raymond Villalba ha recordado lo sucedido destacando la importancia de mantener viva la llama del recuerdo de la lucha contra el franquismo y el nazismo de todas las personas internadas, entre los que se encontraban su padre y su madre.  En parecida línea se ha pronunciado el alcalde de Gurs, Christian Puharre que ha agradecido la importante presencia de la delegación llegada desde Nafarroa y ha abogado por seguir colaborando entre ambos territorios.

Por parte de los familiares ha intervenido Vitori Jaurrieta Sembroiz, nieta de Félix Sembroiz Armendariz (Erriberri) que estuvo preso en el campo, cuyo recuerdo y compromiso, como el del resto de los internos, ha puesto en valor.

Así mismo, en representación del centenar de alumnos y alumnas del IES Lizarradea han intervenido las alumnas Gadea Fernández Izco, Lucía Fuentes Arroyo y que han leído varios poemas.

La vicelehendakari ha cerrado el acto justificándolo en la necesidad de «reforzar su homenaje y mensaje de forma simbólica inaugurando este pequeño monumento junto a la placa de sus nombres. Y hacerlo en compañía de entidades como la asociación Tierras de Memorias y de Luchas que a este lado de la frontera llevan tiempo manteniendo viva la llama de la Memoria Democrática, de la lucha por la verdad y la reparación». Ana Ollo también se ha dirigido al alumnado venido de Lizarra porque «sois el futuro de una sociedad que debe aprender de lo sucedido –ha dicho– para que nada de lo que se vivió aquí vuelva a suceder. Ni aquí ni en ningún lugar. Nunca más para nadie. Y es que por desgracia imágenes de campos de refugiados o de prisioneros que parecían ya olvidadas o que nos vienen a la cabeza en blanco y negro están volviendo en color a nuestros telediarios, los periódicos o las redes sociales. La guerra y la violencia no están tan lejos. Europa vive momentos delicados.  Pero hay que mantener viva la llama de la esperanza. Recordar que en este mismo lugar seguramente hubo muchas historias de compromiso, de solidaridad, de ayuda, de empatía», ha señalado.

«Como vicepresidenta del Gobierno de Navarra, y creo que también de forma compartida con los y las representantes del Parlamento aquí presentes, quiero reivindicar la defensa de los valores democráticos y los derechos humanos por encima de todo. Sin fronteras. Aunque la frontera también se convirtió en una vía de libertad para los que huían de la guerra civil española y de la dictadura franquista, aunque se encontraron con otra guerra, la mundial, y con otra dictadura, el nazismo. Algunos acabaron aquí, pero las alambradas de estos campos no pudieron contener algo difícil de encerrar como son las ideas y el arte», ha señalado en referencia a las dos exposiciones que completan esta semana el programa del Instituto Navarro de la Memoria, una de ellas, ‘La vida entre Alambradas. Arte en el campo de Gurs’  inaugurada el miércoles en Iruñea y la segunda, con dibujos del pintor navarro Gerardo Lizarraga, que se puede visitar en Auloron.

El acto en el campo de Gurs se ha cerrado con una ofrenda floral y el acompañamiento musical que ha corrido a cargo del trikitilari Íñigo Aguerri a cuyos sones dos dantzaris del IES Lizarraldea, Haizea Parrondo Herrero y Leire Juániz Esparza, han bailado un aurresku. También ha actuado el coro de Auloron y el grupo DAB Compañía.

Visita a la exposición sobre Gerardo Lizarraga

Posteriormente, la comitiva se ha trasladado a la cercana localidad de Auloron que acoge la exposición ‘Gerardo Lizarraga. Artista en el exilio’. Esta muestra, que puede visitarse desde el 15 hasta el 27 de abril, propone una retrospectiva de la vida y obra del pintor pamplonés en su paso por diversos campos de internamiento, como los dibujos y caricaturas realizados en su internamiento en Argelers de la Marenda, Agde y Clarmont-Ferrand. En ese espacio, la vicepresidenta ha vuelto a poner el valor la importancia de los testimonios vivenciales, la cultura y la educación en materia de Memoria Democrática.

«Creo –ha señalado Ollo– que este es el lugar y el momento para poner en valor algo que nunca hay que olvidar: la importancia de la educación y de la cultura para luchar pacíficamente contra las dictaduras y las guerras.  La fuerza de las palabras, el poder de las imágenes, los libros, los cuadros… Todas ellas son armas cargadas de futuro y banderas de libertad que creo que hay que reivindicar en estos tiempos revueltos en los que una vez más Gurs debe de ser un ejemplo de resistencia y de convivencia, de paz, de democracia y de justicia social. Valores a los que ninguna alambrada ni puerta puede recluir y así los demostraron cada uno y cada una de las personas que figuran en la placa que hemos inaugurado hoy y a los que una vez más rendimos homenaje y agradecemos su compromiso para que hoy podamos disfrutar de un mundo que entonces parecía imposible y que, también nosotros y nosotras, debemos de dejar como legado pasando el testigo a las nuevas generaciones».

El campo de Gurs, un lugar referencial para la Memoria

El campo de Gurs nació en 1939, conocido como el campo de los vascos, fue al inicio un campo de refugiados que albergó a cuatro grupos de personas diferentes que huían de la represión del franquismo. Uno de los grupos más numerosos era el de vascos y navarros que fueron trasladados desde Argelers a Gurs. Posteriomente, fueron allí miembros de las Brigadas Internacionales procedentes de diversos países que, dado el contexto político o económico, no podían regresar a sus lugares de origen. El tercero era el conocido como de los aviadores, conformado, en realidad, por técnicos del ejército republicano. Y había un cuarto grupo, menos numeroso, compuesto por personas procedentes de distintos lugares del Estado español. En total, más de 18.000 personas estaban internadas en Gurs en la primavera del año 39.

A partir de la ocupación alemana del Estado francés, en 1940, bajo el mando del régimen de Vichy, el campo pasó a ser, en realidad, un campo de concentración orientado, sobre todo, a recluir en él a judíos de distintos puntos de Europa, pero también a disidentes políticos y otras minorías como la gitana u homosexuales. En esta segunda época también estuvieron recluidos en Gurs republicanos españoles.

Algunos trabajos de investigación, además del contacto directo del propio Gobierno con las familias, han confirmado el origen navarro de al menos 435 personas que pasaron por el campo de Gurs. Entre ellos y ellas, había ugetistas (el grupo más numeroso), afiliados a la CNT, comunistas, socialistas, miembros del PNV, de Izquierda Republicana o de Acción Nacionalista Vasca, o personas sin afiliación política conocida. Todos ellos huyeron de la represión franquista a través de los Pirineos y no fueron pocos los que nunca regresaron y se vieron obligados a vivir en el exilio, en el Estado francés, o, incluso, a un segundo exilio en tierras americanas.