El PAOK pone a prueba la capacidad de reacción de una Real golpeada y aturdida
La Real afronta este jueves ante el PAOK de Salónica el cierre de la primera fase de la Europa League. La victoria permitiría jugar en casa la vuelta de la siguiente eliminatoria, pero sobre todo frenar la hemorragia anímica desatada tras las tres derrotas de la semana anterior.

Tiempo revuelto a orillas de La Concha. La Real afronta este jueves a partir de las 21.00 el cierre de la primera fase de la Europa League. Su rival, un PAOK de Salónica poco conocido por estos lares, con menos cartel que sus vecinos atenienses, Panathinaikos y Olympiakos.
Ambos equipos llegan en una situación idéntica en lo clasificatorio –mitad de la tabla y con 10 puntos–, pero opuesta en lo anímico. Los griegos vienen de ganar sus tres últimos choques continentales –cuando en los cuatro primeros solo habían sumado un punto– y en su liga, en la que marchan cuartos, ganaron el domingo por la mínima al Levadiakos (1-0).
Para la Real este partido se disputa en dos planos diferentes. Uno, el particular, el de la Europa League, un choque importante pero no definitivo. No puede colarse entre los ocho primeros, que permiten esquivar la ronda de 1/16, y para quedarse fuera del torneo tendría que perder por goleada y ser adelantada por siete de sus perseguidores, una carambola de dimensiones sísmicas.
El premio más jugoso al que se puede aspirar es a clasificarse entre las plazas 9ª y 16ª –la Real es 18ª, el PAOK 17º– para jugar el partido de vuelta en casa en la siguiente eliminatoria, lo cual no deja de ser, en teoría, una pequeña ventaja. Esta ronda se sorteará el viernes a las 13.00 y se jugará los días 13 y 20 de febrero, después de los cuartos de final de Copa.
Estado de alarma
En cuanto al contexto global, el segundo plano a tener en cuenta, el partido puede servir para coger aire o echar más sal en la herida. Tres derrotas consecutivas ante Valencia, Lazio y Getafe –algo que no sucedía desde diciembre de 2020– han desatado el estado de alarma en buena parte del entorno.
Para ver el vaso medio lleno, basta con observar que la Real llega a 31 de enero a dos puntos de posiciones europeas, clasificada para los cuartos de Copa y para los dieciseisavos de la Europa League. Salvando a los tres grandes, quizás solo el Athletic –eliminado en Copa pero brillante en Liga y EL– puede presumir de unos datos mejores. Las puertas a cero de Remiro dan fe de una consistencia defensiva que está ahí, aunque haya brillado por su ausencia en la última semana.
Para ver el vaso medio vacío, es innegable el problema de cara a puerta, con 17 goles marcados en 21 partidos de Liga. El equipo sufre horrores para generar en ataque estático –no todo se reduce a quien juega de nueve–, y la inspiración de Kubo por la banda izquierda se presenta casi como único recurso. Y para jugar en largo o en el balón parado se echa mucho de menos a Mikel Merino. Se vio ante el Getafe, con Kubo, Sergio Gómez y Oyarzabal –que no destacan precisamente por su corpulencia– como hombres más adelantados, superados en lo físico por la defensa azulona.
Incapaz de remontar
Por eso la Real es un equipo que se ha mostrado sólido cuando se adelanta o cuando el rival se ve obligado a ir a por el partido, pero incapaz de reaccionar cuando se ve por detrás y quien está enfrente puede aguardar bien ordenado, esperando su oportunidad.
Ahora, en mitad del pánico, se agita la bola de demolición y se reclaman fichajes a la desesperada, relevos en el banquillo, cambios de estilo… El presidente Aperribay ya apuntó el verano pasado que se entraba en una nueva fase, sin dejar de competir pero con un ojo mirando hacia el futuro. También Imanol viene insistiendo en que el equipo es muy joven, lo que es sinónimo de irregularidad.
Fue un guipuzcoano ilustre, Ignacio de Loiola, el que dijo que «en tiempo de desolación nunca hacer mudanza», pero en el fútbol de élite, al menos por estos lares, la paciencia es un bien escaso y los ‘proyectos de reconstrucción’ no generan confianza. De hecho, se ha visto que el crédito acumulado en cinco temporadas se puede gastar en ocho días. Solo cuenta el hoy, y ese hoy es el partido contra el PAOK y, a lo sumo, la doble cita ante Osasuna.
Imanol: «Si empezamos a dudar, mal vamos»
En la rueda de prensa previa, un Imanol sonriente y «animado» ha destacado que el de este jueves es «otro partido grande. El equipo está bien, esto es fútbol, a pelear. Hay que disfrutar, llegará el día en el que no haya partidos así en Anoeta».
En ese sentido, ha insistido en que al margen de los resultados «siempre tengo la conciencia tranquila, cabeza arriba y a seguir trabajando».
El de Orio ha defendido a ultranza la actitud de su plantilla. «Estos jugadores no merecen pitos, en todo caso los mereceré yo. Me molesta que se ponga en duda la profesionalidad de estos jugadores, por ahí no paso».
Ha ahondado en esa idea han reseñar que esta plantilla está dando todo lo que tiene y quew «es el futuro de la Real Sociedad, si vamos a empezar a dudar de ellos, con el margen de crecimiento que tienen, mal vamos. No entiendo las dudas y el nerviosismo de algunos». Por ello, ha asegurado que la posibilidad de que haya incorporaciones es «cero».
Renovación hasta por tres años
Preguntado por qué espera de la afición, ha comentado que «espero que sean conscientes de lo que nos han dado en estos cinco años los que están desde entonces, de los que nos están dando los recién llegados, este equipo necesita más que nunca a su afición empujando y animando, y si hay que buscar a un culpable, ese soy yo. Si Madrid, Barcelona y Atlético han tenido malos momentos esta temporada, ¿cómo no vamos a tenerlos nosotros?».
Imanol ha revelado que tiene desde agosto sobre la mesa una propuesta para renovar su contrato hasta por tres años. «Puedo subir ahora y firmar. Quieren que siga y quiero seguir, pero no de cualquier manera». Más que de los resultados o de una hipotética clasificación europea, ha indicado que el objetivo es «que el equipo crezca, me gustaría ser el entrenador con más partidos en la Real, pero no quiero seguir agarrado a la silla por el pasado».
Respecto al partido frente al PAOK, la gran novedad en la convocatoria es la presencia de Zakharian, aunque ha dejado entrever que se trata de que se vaya integrando en la dinámica y que es «pronto» para darle minutos.
En cuanto a Aihen, no será de la partida pero si no está para jugar el domingo en El Sadar sí llegará a la eliminatoria de Copa. También regresa Jon Martín, tras jugar con el Sanse el pasado fin de semana.

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