Las convocatorias de huelgas en la educación suelen dar lugar a declaraciones oficiales sobre los daños que causa la ausencia a clase del alumnado que no se producen, por ejemplo, cuando se suceden vacaciones por la Semana Santa, por la de Pascua y por la unión de San Prudencio con el Primero de Mayo y los puentes que los conectan. Es cierto que las huelgas no son inocuas, pero salvo para los estudiantes de segundo de bachillerato, que habrán de afrontar la selectividad como se llame ahora mismo, tampoco conviene caer en exageraciones interesadas.

Las huelgas en la enseñanza no universitaria de la CAV comenzaron hace muchos meses, por lo que resultó extemporánea la afirmación del lehendakari, Imanol Pradales, el pasado viernes en el pleno de control al gobierno, de que «quien presente la huelga como primer paso para iniciar la negociación deberá explicar a la sociedad y a los padres por qué lo hace». Solo en 2025 ha habido huelgas desde enero. Luego, si de «primer paso» hubiera que hablar esta semana sería del «primer paso» del Gobierno para negociar de verdad. Y ahí la pregunta que surge es por qué Lakua no dio este paso antes.

Siguiendo la doctrina liberal, el lehendakari, Imanol Pradales, se centró en el pleno en que «la pregunta es: ¿de verdad mejoramos los resultados del alumnado vasco a golpe de huelga, paralizando la educación pública en un momento trascendental del curso para las y los chavales?»

La respuesta se la dio pocas horas después su mismo Departamento de Educación: «Acuerdo histórico entre el Departamento de Educación y la mayoría sindical». «El acuerdo alcanzado hoy es calificado como “un gran acuerdo” por parte del Departamento de Educación porque supone “un gran avance” para la escuela pública vasca». «Seguiremos avanzando con determinación, desde la convicción de que cuidar, transformar y fortalecer el sistema educativo es cuidar el futuro del país».

Así que, según declaraciones del propio Gobierno y en respuesta al lehendakari, Imanol Pradales habrá que convenir que ese «acuerdo histórico» se ha conseguido «a golpe de huelga» y solo cuando se ha llevado a su Ejecutivo al borde del precipicio. ¿O cree alguien que esto habría sido posible sin la convicción sindical y el apoyo determinado de profesoras y profesores?

El lehendakari Imanol Pradales cerró su intervención parlamentaria con este párrafo: «Señor Otxandiano, ustedes conocen muy de cerca la situación del sistema educativo. Les hago la pregunta directa: ¿EH Bildu se suma a convocar una nueva huelga de una semana? ¿Subirá la tensión o la bajará con eso?». La respuesta está en las líneas anteriores. Cada cual es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras poco meditadas, las de corto recorrido buscando desgastar a su alternativa.