Palestina es la escena de un crimen y tiene las huellas dactilares de sus autores, que no son solo las empresas que se benefician del genocidio, según la Relatora de la ONU para Palestina, Francesa Albanese.

Tiene «las huellas dactilares de todos nosotros a través de lo que compramos... las compañías con las que decidimos asegurar nuestras casas y coches, los bancos donde ponemos nuestro dinero, las inversiones que hacemos», señaló al presentar su informe sobre los aspectos económicos del genocidio de Gaza ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.

Elaboró su informe a partir de una base de datos de un millar de compañías, pero solo tuvo tiempo para investigar en profundidad y desde un análisis legal riguroso a 48 de ellas, lo que le permitió poner al descubierto «un sistema tan estructural y tan extendido que no hay posibilidad de arreglarlo o corregirlo».

Así, las compañías de armas han obtenido ganancias casi récord al dotar a Israel de armamento de vanguardia para arrojar 85.000 toneladas de explosivos, seis veces el poder de la bomba nuclear de Hiroshima, con el fin de destruir Gaza. Además de los fabricantes de armas, bancos, empresas tecnológicas, gigantes de energía e instituciones académicas, directamente vinculados a una economía de ocupación más amplia, sostienen las acciones del Estado israelí.

El genocidio ha disparado un 213% las ganancias en la Bolsa de Tel Aviv en los veinte meses de esta agresión, denuncia el informe. Entidades privadas e individuos sacan provecho económico «de la violencia, los asesinatos, las amputaciones y la destrucción de Gaza y otras partes de los territorios palestinos ocupados», sostiene. Solo el pasado mes de junio el mercado bursátil israelí generó ganancias de 76.800 millones de dólares.

La rentabilidad se concentra en los negocios de vigilancia, de seguridad y en la producción de armamento, «que es proporcionado por Occidente a Israel, que lo adapta y luego lo vende».

La indefensión de Palestina la ha convertido en un laboratorio ideal para el complejo militar-industrial israelí. El mes pasado Israel confirmó que en 2024 batió el récord de sus exportaciones militares, llegando a los 13.000 millones de euros. Europa compró más de la mitad. El ministro de Defensa, Israel Katz, presumió de que este logro es fruto directo de sus acciones en Gaza.

El informe menciona tecnológicas como IBM, Microsoft, Google, Palantir y Amazon, por facilitar los sistemas y tecnologías que atentan contra los derechos de los palestinos y los deshumanizan.

El informe Albanese identifica a las grandes tecnológicas, y también a CAF por el tranvía que conecta Jerusalén con las colonias de Cisjordania

También identifica a la empresa vasca CAF por su participación en el tranvía que conecta Jerusalén con las colonias de Cisjordania, «lo que facilita el reemplazo de los palestinos y refuerza los asentamientos».

Amnistía Internacional pidió ayer al Gobierno español y al de Lakua que activen medidas que impidan que CAF contribuya a la ocupación ilegal.

Albanese recordó también que plataformas como Airbnb y Booking hacen publicidad de «lindos barrios en los asentamientos que están en tierras robadas».

Las pocas de las empresas señaladas que respondieron a la relatora intentaron convencerla de que no estaban haciendo nada indebido. Ninguna mostró voluntad de revaluar sus negocios.

81 MUERTOS MÁS

El genocidio que aporta estos beneficios continúa cada día. Ayer, los hospitales de Gaza registraron al menos 81 muertos en los ataques de Israel desde las primeras horas del día y llegaron a 300 muertos en 48 horas. De ellas, el Ejército israelí mató a una treintena cuando acudían a recibir ayuda en las ratoneras letales organizadas por EEUU e Israel.

Durante la noche mató a otros 19 palestinos en el bombardeo de las tiendas en las que se refugian familias de desplazados en Mawasi, después de que el propio Ejército ordenara a la población evacuar hacia esta zona. Otros 24 murieron en una serie de bombardeos contra diferentes puntos de Ciudad de Gaza.