
Preocupación entre los y las trabajadoras del Instituto Foral de Asistencia Foral (IFAS) de Bizkaia después de que una educadora social haya sido agredida este jueves de madrugada en un hogar de menores en el barrio bilbaino de Txurdinaga. Tras el susto, una vez confirmada que la vida de la herida en el cuello no corre peligro, el comité de empresa de la Diputación ha reiterado su exigencia de que se implementen las medidas necesarias, no solo para prevenir ataques similares, sino para poder dar una atención «digna, profesional y segura» a los usuarios.
Sobresalto para la plantilla del IFAS después de que una educadora social sufriera esta madrugada una agresión cuando atendía un hogar de menores en Txurdinaga. Según ha podido conocer NAIZ, en el equipamiento en el que residen entre 12 y 15 niños y niñas de diferentes edades y características, tan solo se encontraba esta trabajadora, algo habitual en horario nocturno.
Como resultado del ataque, la educadora social tuvo que ser trasladada al hospital mientras un menor fue detenido. No hay información oficial al tratarse de un menor tutelado por la Diputación de Bizkaia.
Desde el comité de empresa de la institución foral han mostrado su total solidaridad y apoyo a la agredida. «Hechos como este son absolutamente inadmisibles y exigen una respuesta clara y contundente», señala el comunicado suscrito por ELA, LAB, UGT y Satse.
Los sindicatos han indicado que están trabajando con la dirección del IFAS para garantizar la seguridad de toda la plantilla. «La integridad física y psicológica de las personas trabajadoras y la puesta en marcha de medidas preventivas efectivas debe ser una prioridad innegociable», han subrayado.
«No es un hecho aislado»
Consideran que lo sucedido en este hogar de Txurdinaga «no es un hecho aislado». «Viene a poner en evidencia una realidad que venimos sufriendo desde hace tiempo: el perfil de los menores de nuestros hogares es cada vez más complejo y coincide con un dimensionamiento insuficiente de las plantillas, en especial, durante los turnos en los que una única trabajadora debe atender a varios menores sin el apoyo necesario», exponen.
Desde la representación sindical en la Administración foral insisten en que hay asuntos que no son negociables como la valoración «adecuada» de los perfiles destinatarios de estos recursos; la actualización de protocolos y las evaluaciones de riesgos laborales de estos recursos; la revisión y la actualización de los protocolos de prevención y de actuación ante situaciones de riesgo y que se dote a los hogares de los recursos materiales y humanos suficientes.
LAB, por su parte, apunta en otra nota sobre lo sucedido que «lo ocurrido no es solo consecuencia de una falta de prevención, sino que pone de manifiesto la dejadez del sistema y la precarización de las condiciones laborales». «No vamos a permitir que un trabajador sea agredido por hacer su trabajo ni que esta situación se normalice», advierten.

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