«Este curso es el de pasar a limpio los discursos sobre acuerdos de país»
El portavoz parlamentario de EH Bildu sostiene que el curso que comienza es trascendental porque el siguiente ya estará marcado por el ambiente electoral y, por tanto, es la hora de «pasar a limpio» los discursos sobre acuerdos de país y ver si verdaderamente hay voluntad para desarrollarlos.

El martes estuvo hora y media con el lehendakari, ¿qué conclusiones sacó de esa cita?
La conclusión es que no está nada claro lo que el Gobierno quiere hacer en esta legislatura. En el análisis de lo que está pasando en el mundo, en Europa y en el Estado, se vio una sintonía importante. Estamos de acuerdo en que tenemos que poner el foco en la agenda vasca, en el país. Pero a partir de ahí, a mí me da la sensación de que el Gobierno no sabe muy bien cómo abordar este momento y esta situación. Tiene mayoría absoluta, es evidente. Pero si queremos acuerdos que hagan avanzar este país, se tiene que hacer entre diferentes tradiciones políticas. Y la duda es si realmente hay voluntad para alcanzar aquellos acuerdos que son posibles y que harían avanzar a este país. Creo que el lehendakari todavía no ha decidido qué quiere hacer en esta legislatura o cuál va a ser la impronta de su mandato.
«Creo que el lehendakari todavía no ha decidido qué quiere hacer en esta legislatura o cuál va a ser la impronta de su mandato»
¿Se habla de acuerdos imprescindibles, pero ¿hay alguno realmente factible?
Lo que hay es un discurso muy manido ya. Todo el mundo habla de acuerdos amplios, de acuerdos de país, de que tenemos que blindar las condiciones políticas que tenemos aquí frente a la polarización y tal. Pero a partir de ahí, esos acuerdos de país no terminan de sustanciarse. Entonces, yo veo que este curso político es clave en ese sentido, porque el año que viene vamos a estar en elecciones.
Pero tanto Aitor Esteban como Eneko Andueza recuerdan que suman mayoría absoluta y además tienen casi un contrato matrimonial de fidelidad entre PNV y PSE…
Al mismo tiempo dicen que la voluntad es ampliar... Ahí es donde no terminan de tomar una decisión o no saben realmente lo que quieren hacer. Ahí es donde hay que testar si realmente existe voluntad real para pasar a limpio ese discurso. Tienen mayoría absoluta, pues ya está, tienen legitimidad para tomar decisiones y gobernar, nadie lo pone en cuestión. Pero si quieren realmente acuerdos de país, lo que no pueden plantear es un esquema en el que lo que piden a los grupos de la oposición es que se sumen al programa de gobierno.
EH Bildu quiere poner el nuevo estatus en el centro de este curso. ¿Cómo está ese debate, porque se oye que no hay muchos avances?
Lo que ya hemos dicho todos es que hay conversaciones y una negociación en curso. Todos entendemos que estamos ante una ventana de oportunidad. Somos conscientes de que esa ventana de oportunidad se puede cerrar en cualquier momento, porque la legislatura es precaria desde el inicio. Y hoy por hoy, el escenario más probable en caso de que haya unas elecciones anticipadas es el de una mayoría de PP y Vox, porque además hay una corriente de fondo a nivel internacional. Entonces, estamos trabajando. Lo que tenemos que hacer es no poner plazos ni líneas rojas en público y trabajar más en privado. Más trabajo y menos ruido.
Por cierto, ¿hay sustituto de Santos Cerdán?
La izquierda independentista siempre ha tenido relaciones políticas con el PSOE, desde antes de Santos Cerdán. Ha habido un parón en el proceso de negociación del estatus por dos motivos. Un motivo ha sido la crisis del PSOE; el otro, el congreso y los cambios que ha habido en el PNV. Pero ya estamos trabajando otra vez.
¿Ante la posible victoria electoral de la derecha extrema en el Estado, qué cabe hacer?
Aprovechar este momento. También por si vuelve a darse un gobierno progresista, que tampoco es descartable. No olvidemos que meses antes de las últimas elecciones también se daba por supuesto que iba a ganar la derecha. Y sirve para el caso de que venga la extrema derecha, porque tendrá una agenda regresiva también en cuanto a nuestros derechos nacionales. Entonces habrá que poner pie en pared. Y para eso hace falta que las principales tradiciones políticas en este país estén de acuerdo en lo fundamental y lo defiendan junto a la sociedad.
¿En qué se va a centrar EH Bildu en este curso?
Ha llegado el momento de pasar a limpio muchas cosas. Por ejemplo, esto del estatus político. Llevamos más de cinco legislaturas a vueltas. Y ha llegado el momento de pasar a limpio el discurso en torno a los pactos de país. Vemos tres ámbitos distintos. Uno, aquel en el que el Gobierno ha decidido profundizar en las mismas políticas que nos han traído a esta situación, como en la crisis de la vivienda y las políticas de cuidados. Luego hay un espacio donde igual pueden ser posibles acuerdos parciales. Lo hemos visto en el ámbito de la salud, en seguridad, en política industrial... donde tenemos diferencias, pero también puede haber espacios de encuentro parciales. Y luego hay ámbitos donde el acuerdo no tiene alternativa si queremos que se avance en términos de país. Unos, porque son procesos sociales, como en el caso de la política lingüística o la transformación del sistema educativo. Y otros, por ejemplo, en el ámbito de la modernización del sistema institucional. A no ser que se insista en pactos antinatura, en el futuro habrá una alternancia en este país en diferentes instituciones. Por lo tanto, si vamos a acometer una modernización del sistema institucional, tendrá que ser un proceso integral y coherente en el tiempo.

EH Bildu no ve posible un acuerdo en vivienda y el lehendakari lo ha calificado de error, porque tienen 107 alcaldías.
El error es persistir en las políticas que nos han traído a esta situación. Es una auténtica contrarreforma, es reducir los estándares de vivienda pública. Los precios está en máximos históricos y se cambia la ley porque el sector privado no obtiene la rentabilidad suficiente. No es aceptable, porque estás legislando en base al interés de lucro del sector privado. Y eso tiene una alternativa. Si el sector privado no quiera construir, pues que la Administración pública active los recursos de ordenación del territorio, normativos y financieros, para construir desde lo público. Eso es posible. Tenemos competencias para hacerlo, y hay recursos y capacidad financiera para ello. Además, Nagore Alkorta [alcaldesa de Azpeitia y vicepresidenta de Eudel] compareció en el Parlamento y criticó la reforma porque pone en cuestión la autonomía municipal. No respeta la institucionalización fijada en la Ley Municipal.
Sobre la defensa del euskara en el empleo público ante las sentencias judiciales, hay dos proposiciones de ley, una de EH Bildu y otra del PNV, y si no hay un acuerdo todo puede quedar en nada.
Tratamos de negociar, encauzar el debate y llevarlo al Parlamento con las bases acordadas, pero no fue posible porque el PNV no quiso negociar con EH Bildu la posibilidad de una reforma de la Ley de Empleo Público. Entonces hay dos propuestas, dos proposiciones de ley. Lo primero es dar cauce al debate, que es lo que se va a tratar en el pleno del 25 de septiembre. Y luego habrá que debatir los contenidos. En nuestra opinión, la propuesta del PNV hace que el Parlamento se quite de en medio, dejando que las instituciones locales y forales sigan en una situación de desamparo frente a lo que está dictando la judicatura. Proponemos que la solución es que el Parlamento legisle y fije criterios como los que están en vigor en Galicia, en Catalunya, de alguna manera en Valencia y en las Islas Baleares.
Antes ha dicho que uno de los puntos en los que puede haber algún tipo de acuerdo es el de la seguridad. Sin embargo, todo el debate del verano ha sido acusarles de estar contra la Ertzaintza.
Tal como se ha planteado en la Mesa de Seguridad, el foco es bastante amplio. No solo se habla de la seguridad ciudadana, también se habla de cambio climático, de la ciberseguridad y más cosas. Es interesante también esa visión integral de lo que tiene que ser la seguridad y cómo nos preparamos para hacer frente a eventualidades. El modelo policial tiene que ser parte de ese debate y no entendemos cuál es el problema para no hablar de ello. Igual que hablamos de los problemas de Osakidetza, vamos a hablar de los problemas que tenemos en la Ertzaintza. Este verano ha dimitido la cúpula de Arkaute, y las informaciones que se han leído en prensa apuntan a que evidentemente esto es una muestra más de que tenemos un problema en la Ertzaintza. Y además es que eso se reconoce en privado. Todo el mundo es consciente que tenemos un problema en la Ertzaintza. Entonces, hay que hablar de ello.
«Este verano ha dimitido la cúpula de Arkaute, y las informaciones que se han leído en prensa apuntan a que evidentemente esto es una muestra más de que tenemos un problema en la Ertzaintza»
Tampoco le ha gustado al Gobierno ni al PNV la posición de EH Bildu sobre las protestas en La Vuelta…
Sí, pero luego han rectificado la posición. Creo que el fin de semana anterior fue un periodo de reflexión para el PNV, que metió el termómetro en diferentes sectores sociales, y se dieron cuenta de que no habían estado a la altura de las circunstancias.
La inmensa mayoría de sociedad vasca es muy consciente de lo que está sucediendo en Gaza y en Palestina, y entiende que no hacer nada no es una opción. Gran parte de la sociedad vasca entiende que cuando las vías institucionales han fracasado, la sociedad civil tiene un imperativo ético para protestar y alzar la voz. Creo que el PNV ha rectificado y está bien la rectificación.
Ha hablado de alternancia al frente de instituciones si no hay «pactos contra natura». ¿Confía en ello?
Es que esos pactos antinatura son tan elocuentes en estos momentos... El PNV y PSE están gobernando en Gipuzkoa, Gasteiz o Durango apoyándose en aquellos que niegan que exista un genocidio en Gaza, en aquellos que desde Nafarroa están diciendo que hay que cavar una fosa común a este Gobierno, en aquellos que seguramente tengan intención de encarcelar a Pedro Sánchez. Esos pactos son incluso más antinatura hoy que cuando se dieron hace dos años. Y el PP prevé avanzar hacia un Estado más autoritario y con una agenda reaccionaria con respecto a nuestro autogobierno. Mantener esos pactos es ir en contra del signo de los tiempos. Ya veremos, pero no creo que esos pactos se sostengan por mucho tiempo más. EH Bildu es alternativa de gobierno y no se pueden poner puertas al campo.

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