
Todavía queda mucha tela que cortar respecto a la relación de los diversos campeonatos deportivos y la presencia israelí en ellos, pero por el momento, y más después de lo sucedido en La Vuelta, está ganando posiciones la opción de hacer el avestruz: esconder la cabeza bajo tierra y ordenar que se disputen partidos a puerta cerrada para evitar un clamor contra el ente sionista. En el peor de los casos, conceder que haya protestas fuera de los pabellones, pero que no molesten dentro.
En lo que se refiere al basket, tres equipos de la Liga ACB, Valencia Basket –Euroliga–, Baxi Manresa –Eurocup– y Lenovo Tenerife –FIBA BCL–, han tenido que ejercer de anfitrión ante equipos israelíes, mientras que el Joventut de Badalona ha debido jugar en Hungría frente al Hapoel Holon y el Barça jugaba en Belgrado frente al Maccabi de Tel Aviv. Todos los encuentros han tenido que disputarse a puerta cerrada.
La «recomendación» de las entidades gubernamentales y la policía «ante el riesgo existente y las recomendaciones de las fuerzas y cuerpos de seguridad, así como la Delegación del Gobierno» han sido argumento suficiente para dejar fuera a aficionados que han pagado religiosamente su abono de la temporada y al que le van a hurtar poder seguir a su equipo, amén de hurtarles su derecho a la protesta.
Por un lado, once peñas del Valencia Basket emitieron el martes un comunicado conjunto en el que criticaban que el encuentro de este miércoles en el Roig Arena ante el Hapoel Tel Aviv de la Euroliga se dispute a puerta cerrada una medida que consideran «injusta para la afición y perjudicial para el espíritu del deporte y de la competición».
«El baloncesto se vive con su gente, con la grada. Hacer callar a las gradas es apagar una parte fundamental del juego y de su sentido social», defendieron.
El Valencia Basket comunicó este martes que el encuentro se disputará a puerta cerrada tras la recomendación de las fuerzas de seguridad y de la Delegación del Gobierno que transmitieron al club que existía un riesgo real para los asistentes.
Existe una concentración convocada a las 18.00 frente al Roig Arena con el lema 'Bàsquet sí, Genocidi No' para protestar contra la política de Israel en Palestina. Con todo, la Delegación del Gobierno ha preparado un dispositivo especial de 500 agentes de la Policía Nacional en el entorno del Roig Arena.
Gases lacrimógenos
Pero las escenas más violentas han caído sobre la piel y los huesos de los aficionados de Baxi Manresa. Los Mossos d'Esquadra no han tenido mejor idea que emplear gas lacromógeno contra unos 200 aficionados del conjunto del Bages, cuando trataban de cerrar el acceso por carretera de los jugadores del Hapoel Jerusalén en el pabellón donde debe disputar el partido con el Baxi Manresa.
Els Mossos llancen gasos lacrimògens per dispersar unes 200 persones, assegudes, a l’accés de l’hotel Barceló Sants. Les convocants de la concentració afirmen que hi ha els jugadors de l’equip Hapoel de Jerusalem, que s'han de traslladar a Manresa https://t.co/dFyx1I0999 pic.twitter.com/eCOWA6RpmC
— Directa (@La_Directa) October 15, 2025
Cientos de personas se han movilizado en la ciudad en varias columnas desde primera hora de la mañana para evitar que tenga lugar. «Mientras el Estado de Israel no ponga fin al empleo militar y las colonias, al apartheid y cumpla con el derecho al regreso de las refugiadas palestinas, la sociedad palestina nos pide que sigamos implementando el boicot. En este caso el boicot al partido del Baloncesto Manresa contra el Hapoel Jerusalén», han explicado.
Previamente, los Mossos d'Esquadra han abierto paso paso con cargas y gases lacrimógenos a los vehículos que trasladan a los jugadores del Hapoel Jerusalén hacia Manresa para disputar el partido.
En Tenerife, unas 100 personas protestaron martes en el exterior del pabellón deportivo Santiago Martín contra la participación del equipo israelí Bnei Herzliya en el partido de FIBA BCL contra La Laguna Tenerife, un encuentro que han calificado de «ilegal».
La concentración fue convocada por el colectivo BDS a Israel y otras organizaciones de apoyo a Palestina, que exhibieron pancartas con lemas como «Stop sportwashing. Boikot a Israel» y cuyos miembros gritaron consignas como «La Hamburguesa (nombre popular del pabellón) está hoy manchada de sangre».
El partido de la FIBA BCL se tuvo que disputar a puerta cerrada, so pena de que el club aurinegro perdiera el partido sin jugarlo y tuviera que afrontar fuertes multas económicas.

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