Martxelo Diaz
Aktualitateko erredaktorea / Redactor de actualidad
Entrevue
Àlex Romaguera
Periodista y autor de ‘Víctimas S.A.’

«Hay una perversión ética en arrogarse la representación de las víctimas excluyendo a otras»

El periodista Àlex Romaguera, colaborador de GARA y NAIZ, ha publicado con Txalaparta ‘Víctimas S.A.’, una radiografía de los grupos que han actuado como un lobby para imponer políticas excluyentes.

El libro tiene un título potente, ‘Víctimas S.A.’, que define el contenido. 

Me acerco a la vivencia de personas que han visto vulnerada su integridad física y psíquica por razones políticas. En la primera aproximación te das cuenta de que hay una inequidad. Hay unas víctimas reconocidas como tales y otras que son excluidas de esa consideración. ‘Víctimas S.A.’ viene a condensar como concepto ese intento que ha habido por parte de determinados sectores del Estado, incluidos los padres de la Transición, de tener una continuidad biológica, política y estructural con la perpetuación de un esquema dicotómico de buenos y malos.

Se basa en considerar que hay unas víctimas y hay una violencia. Eso se empieza a elaborar en las cocinas de la Transición, cuando nace la AVT, que es el buque insignia de este discurso. Después hay muchas derivadas y se convierte en una pieza sin la que no se puede entender la política del Estado. Esto se mantiene a día de hoy con la agravante de que operan en la ofensiva neoliberal y neoconservadora. Hay una perversión ética de querer arrogarse la representación de las víctimas y excluir a otras personas.

Destaca que tienen vínculos muy estrechos con las principales empresas que forman el gran capital del Estado español.

En 2000 PP y PSOE suscriben el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo. Derivado de este acuerdo, se crea la Fundación de Víctimas del Terrorismo (FVT), que es el gran paraguas bajo el cual todavía coexistan 34 entidades, aunque la AVT tiene un peso troncal. La FVT es el dispositivo que encuentra el Estado para ir articulando todo el relato. En las elecciones al Parlamento Vasco de 2005 hacen un llamamiento a votar a favor del PP y de UA. Tienen un interés político, que se redobla con la entrada de Francisco José Alcaraz en la Presidencia de la AVT y el impulso de la llamada rebelión cívica, que es una ofensiva de trece movilizaciones para deslegitimar la victoria de Zapatero tras el 11-M. Es una consigna que sigue viva a través del PP, Vox y la AVT para señalar que el PSOE no está legitimado para gobernar. Es muy espacio del que es muy difícil obtener información. Dicen que son 4.800 socios. Están intrincados con el movimiento ultracatólico.

Estos colectivos han actuado como un lobby para poder justificar el desarrollo de políticas excluyentes como el impulso de la Ley de Partidos que supuso la ilegalización de las formaciones de la izquierda abertzale o el mantenimiento de la legislación penitenciaria de excepción que todavía sigue viva.

Tanto AVT como Covite y Dignidad y Justicia, que son las tres principales, han impulsado el boicot sistemático a cualquier movimiento vinculado a procesos de paz o a abrir espacios de diálogo. Estos tres grupos no participan en el homenaje a las víctimas en el Congreso de los Diputados porque lo organiza el PSOE y arremeten contra sus acuerdos con EH Bildu. En su momento, exhortaron a Mariano Rajoy a desobedecer la sentencia de la «doctrina Parot», llegando a plantear que España se retirase del Convenio Europeo de Derechos Humanos. Cuando ETA declaró su tregua definitiva en 2011 y su autodisolución en 2018, los comunicados de la AVT eran demoledores y calificaban todo de traición. Periódicamente, desde las instituciones europeas se advierte a la AVT de que sus maneras de proceder contravienen la normativa relacionada con los derechos humanos.

La entrevista con Àlex Romaguera se realizó en un encuentro con Martxelo Díaz en la sede de Txalaparta en Iruñea. (Aitor KARASATORRE/FOKU)
La entrevista con Àlex Romaguera se realizó en un encuentro con Martxelo Díaz en la sede de Txalaparta en Iruñea. (Aitor KARASATORRE/FOKU)

La actuación de estos grupos ha llevado incluso a prohibir conciertos de grupos como Su Ta Gar o músicos como Fermin Muguruza en numerosos puntos del Estado.

Una de sus líneas de actuación sistemática ha sido un equipo de juristas que presentan querellas o que actúan como acusaciones particulares ante cualquier litigio de personas vinculadas a la izquierda abertzale o también al referéndum del 1 de Octubre en Catalunya. En el ámbito más social han actuado contra la libertad de expresión. Hay una larga lista de artistas que han recibido denuncias, como Alfonso Sastre, Fermin Muguruza o Manu Chao. Está el caso también de Julio Médem y la película ‘La pelota vasca’, cuando hicieron concentraciones cuando fue a recoger el premio Goya. Más actualmente tenemos el caso de Itziar Ituño y que la AVT ha conseguido que le retiren el apoyo los patrocinadores por participar en una manifestación de Sare... Hay un largo etcétera.

«Hay una larga lista de artistas que han recibido denuncias en el marco de una actuación contra la libertad de expresión. Alfonso Sastre, Fermin Muguruza, Manu Chao, Julio Médem, Itziar Ituño... Hay un largo etcétera»

Menciona en repetidas ocasiones que este sistema excluye a unas víctimas, las de la violencia policial. Se han dado pasos en los últimos años, pero es insuficiente el camino recorrido. ¿Estos grupos han frenado el reconocimiento de estas víctimas?

Tienen una mirada unívoca, maniquea y estigmatizadora. Hay víctimas que han querido denunciar la utilización espuria del dolor. Pero hay un conglomerado continúa operando de manera muy agresiva. Por ejemplo, hace meses desde el Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad de Madrid han retomado una iniciativa llamada Itinerarios de la Libertad con placas que recuerdan a un solo grupo de víctimas. En otras ciudades hay iniciativas similares que olvidan a algunas víctimas. Es el caso de Yolanda González o de estudiantes ametrallados por la Policía Armada. Sin embargo, hay reconocimientos a torturadores falangistas reconocidos.

En este terreno de la socialización hay mucho camino por recorrer. Se han dado iniciativas interesantes como los encuentros de Glencree que han agrupado a diferentes víctimas, el manifiesto Eraiki, MemoriaLab o los encuentros en la iglesia San Carlos Borromeo de Madrd. Ha habido intentos de superar estas dinámicas, pero se han tenido que enfrentar a una importante criminalización. Es necesario que el Estado reconozca a las víctimas de la violencia policial y la extrema derecha. Hay una corriente que creo que es cada vez mayoritaria que cuestiona este discurso unívoco y demonizador.

Habla del 11-M como un punto de inflexión, ya que quedaron en evidencia y al descubierto muchas prácticas y actitudes.

Sí. Ya no solo es la operación entre el PP de Aznar, medios de comunicación y la AVT de canalizar las dudas sobre la autoría de los atentados. Eso aún existe. Aznar en unas declaraciones hace escasos meses señalaba que todavía había sospechas de que podía ser ETA y que toda era una maniobra que en su momento Zapatero urdió para asaltar las instituciones. Hay toda una dinámica perversa, trufada de un discurso guerracivilista muy deshumanizador. Es algo que ha ido calando y aprovechan cualquier oportunidad para continuar con ese mantra para desprestigiar al PSOE e intentar erosionar la convivencia.

«El origen, la genealogía y la propia idea del Memorial de Gasteiz están muy pervertidos. Es un mal ejemplo, una oportunidad perdida»

Todo esto tiene relación con el relato. Este mensaje excluyente ha calado hasta el punto de que se ha trasladado al Memorial de Gasteiz, la plasmación física de todo este discurso.

Sí. Me centré en el Memorial de Gasteiz porque su origen, su genealogía y su propia idea están muy pervertidos. Incluso los arquitectos y urbanistas ya advirtieron que con las obras se estaban destruyendo elementos de patrimonio. Toda la construcción del Memorial, desde los espacios hasta el relato, todos los vídeos pertenecen a gente vinculada a la AVT. Toda la literatura que se exhibe obedece a esta mirada. No encontrará en la bibliografía recomendada, en la cartografía, en los paneles, ninguna referencia, por ejemplo, al 3 de Marzo. Hay únicamente una frase descontextualizada que dice que cinco personas hallaron la muerte.

Es casi una sobreactuación. Hay artefactos intervenidos a ETA. No hay una intención pedagógica, de hacer pensar críticamente, sino que todo está orientado al pensamiento excluyente. La sala principal se llama Vidal Abarca, en homenaje a la primera presidenta de la AVT. Para mí es un mal ejemplo. Es una oportunidad perdida para haber tomado en cuenta a Memoria Osoa, a la gente del 3 de Marzo. Iñaki García Arrizabalaga señalaba que no era posible que no aparezcan casos como el de Mikel Zabalza. Los crímenes del Estado no están. Se pasa de puntillas sobre ellos.

Todo esto tiene consecuencias. No es solo difundir un discurso, sino sentar las bases para la persecución y el castigo a la disidencia. La Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea advierte que «la interpretación de la AVT y otras entidades conservadoras pueden afectar negativamente a una serie de derechos fundamentales y generar un impacto en grupos e ideologías que no son de naturaleza terrorista», en referencia al nacionalismo, al colectivo musulmán y a diferentes expresiones de disidencia política. La Agencia considera que la AVT tiene una obsesión por ampliar la consideración de terrorismo a actividades que no pueden calificarse de esa naturaleza.