Farmacia-museo Aramburu de Plentzia

Enfermedades y medicamentos son concepos íntimamente unidos, probablemente hasta un punto exagerado hoy en día, cuando a la mínima molestia acudimos a la farmacia en busca de alivio. Nadie mejor para constatarlo que Enrique Aramburu, de la farmacia-museo del mismo nombre en Plentzia, por la que han pasado varias generaciones de boticarios y en la que se guardan piezas de gran interés. Cuando se abrió esta farmacia, en 1888, se contaban con los dedos de la mano los clientes de todo un día; hoy dispensa cuatrocientos productos a lo largo de la jornada.

10 MAR. 2017