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Respuesta feminista a las ultracatólicas que acosan a una clínica de Donostia

Crece la solidaridad con las trabajadoras y pacientes de la clínica Askabide de Donostia ante la presión de grupos ultracatólicos concentrados allí desde hace algunos días y con la intención de seguir allí hasta Semana Santa.

Una de las ultracatólicas que se concentra frente al centro. (Movimiento Pro-Vida)
Una de las ultracatólicas que se concentra frente al centro. (Movimiento Pro-Vida)

Desde el pasado 17 de febrero personas ultracatólicas, algunas de ellas relacionadas con el Movimiento Provida de Gipuzkoa, mantienen una concentración diaria de doce horas frente a una clínica ginecológica donostiarra autorizada para practicar abortos.

Bajo el lema “40 días rezando por la vida”, se van turnando desde las 9 de la mañana. Llevan así desde el 17 de febrero, el llamado Miércoles de Ceniza, y tienen previsto permanecer allí hasta hasta el 5 de abril, Lunes Santo.

Durante esas horas, estas personas permanecen con carteles en favor de la oración, de la vida y en contra del aborto, algunas incluso portando rosarios.

En algunos casos, cuando se encontraba un grupo más numeroso, han increpado a las personas que acudían a la clínica, ya fueran trabajadoras o pacientes, con gritos como «Asesinos».

Ante esta situación, en los últimos días ha comenzado a levantarse un movimiento de solidaridad con las trabajadoras y personas que acuden al centro, más potente numéricamente que el ultracatólico.

De hecho, ya hay un colectivo de mujeres donostiarras que se reúne allí todos los días de 18:00 a 19:00 horas.

EH Bildu de Donostia también se ha sumado con otro turno, este mismo viernes.

 

Otro tanto han hecho estos días el grupo feminista del instituto, Amarako Talde Feminista y otras entidades.

El pasado 8 de Marzo la concentración feminista en el mismo lugar fue más numerosa, aunque en esa ocasión la representación del catolicismo ultra se dio un descanso y no acudió.



Malestar en el centro

La directora del centro Askabide en Donostia, Naroa Iturri, en declaraciones a “Noticias de Gipuzkoa”, reconoce que la situación es «desagradable, sobre todo para las mujeres que vienen a interrumpir el embarazo. Ya de por sí se acercan con cierto desgaste psicológico por la propia situación que están atravesando, como para tener que escuchar ‘Rezaremos por ti y por tu bebé’ o ‘No peques’».

Iturri recuerda que «no hay una sola mujer que venga por gusto, puesto que es una decisión tomada después de una reflexión difícil».