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El Congreso de Perú rechaza la destitución del presidente izquierdista Castillo

Acosado desde el cierre de las urnas tras su victoria, ajustada pero victoria, en las elecciones de mediados de año, el presidente Pedro Castillo, del izquierdista Perú Libre, superó ayer un primer intento de destitución. Habrá más.

Concentración en defensa del resultado electoral ante el Congreso en Lima. (CRIS BOURONCLE-AFP)
Concentración en defensa del resultado electoral ante el Congreso en Lima. (CRIS BOURONCLE-AFP)

El Congreso de Perú rechazó ayer martes abrir un proceso de destitución contra el presidente, el izquierdista Pedro Castillo, al no prosperar la moción presentada por un grupo de congresistas opositores de derecha y extrema derecha.

La moción, que pretendía  declarar a Castillo como «incapaz moral permanente»  no fue admitida a trámite al registrar 76 votos en contra, frente a solo 46 a favor y 4 abstenciones.

La moción apenas pudo conseguir apoyos más allá de los tres partidos de derecha y ultraderecha que la promovían, entre ellos el fujimorista Fuerza Popular, el ultraderechista Renovación Popular y el neoliberal Avanza País.

Son los mismos tres partidos cuyos integrantes apoyaron las denuncias de fraude electoral lanzadas sin pruebas por la candidata Keiko Fujimori tras perder las elecciones presidenciales ante Castillo, a quien niegan su legitimidad como presidente y al que acusan de llevar al país hacia el «comunismo»

La iniciativa para vacar a Castillo se quedó a seis votos de los 52 necesarios para abrir el proceso de destitución presidencial, lo que fue saludado por los simpatizantes del partido bajo cuyas siglas se presentó y venció Castillo, Perú Libre.

A las afueras del Congreso, tanto simpatizantes como detractores de Castillo se manifestaron desde primeras horas de la mañana, aunque los primeros eran más numerosos que los segundos, donde había integrantes de grupos de extrema derecha que recientemente han agredido a políticos y autoridades.

Una práctica muy extendida

Era la quinta moción de vacancia (destitución) presidencial presentada en el Parlamento peruano en los últimos cuatro años, lo que en los casos precedentes impidió que concluyesen sus respectivos mandatos los expresidentes Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018) y Martín Vizcarra (2018-2020).

Durante el debate de la moción, el oficialismo denunció que se malinterprete la figura de la «incapacidad moral permanente», contemplada en la Constitución peruana como incapacidad mental del jefe de Estado, uno de los escenarios extraordinarios en los que se puede declarar vacante el puesto de presidente de la República.

Los defensores de la destitución (43 escaños) solo lograron el voto de tres tránsfugas de otros partidos. Votaron en contra, además de Perú Libre, la coalición de izquierdas Junto por el Perú (JP) y los centristas Acción Popular, Somos Perú y el liberal Partido Morado.

«Contra la voluntad popular»

«Desde que ganamos las elecciones, los golpistas han promovido la vacancia sin fundamentos. La demolición y los ataques han sido constantes, pero aquí nos encontramos, de pie, defendiendo nuestra democracia en aras de la gobernabilidad», escribió en redes sociales la congresista de Perú Libre y ministra de Trabajo, Betssy Chávez.

En la mima línea se manifestó la vicepresidenta y ministra de Desarrollo e Inclusión Social, Dina Boluarte, quien pidió a los promotores de la vacancia que «entiendan de una vez por todas que han perdido las elecciones».

No obstante, la derecha extrema y la extrema derecha no cejan en su empeño de violentar la voluntad del pueblo peruano.

El retirado almirante de la Armada peruana Jorge Montoya, congresista de Renovación Popular, no descartó que próximamente se presenten nuevas mociones para destituir a Castillo, quien bajo su criterio ganó las elecciones "con una minoría".

El presidente podrá respirar tranquilo al menos tres meses, pues la próxima semana el Parlamento entra en receso hasta marzo y hasta entonces no podrá intentarse nuevamente la destitución del jefe de Estado.

La politóloga peruana Paula Távara asegura que este ensayo de destitución tenía como único objetivo forzar a Castillo a comparecer ante el Congreso y augura nuevos «intentos e intentos (…) No hay un augurio de tranquilidad para el país en el medio ni en el largo plazo», vaticina.