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Galán se desvincula de los encargos a Villarejo e Iberdrola denuncia una «campaña de acoso»

El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, ha negado ante la AN haber ordenado, autorizado ni conocido los servicios que empresas vinculadas al comisario Villarejo prestaron a la eléctrica, que atribuye la acusación a un intento de que la compañía cambie de manos. Señala a Florentino Pérez.

Sánchez Galán, a la derecha, al llegar a la Audiencia Nacional.
Sánchez Galán, a la derecha, al llegar a la Audiencia Nacional. (Marta Fernández | Europa Press)

Sánchez Galán ha comparecido ante la Audiencia Nacional española en calidad de investigado por el ‘caso Villarejo’ durante algo más de dos horas y media, y ha defendido que el verdadero espiado fue él. El juez Manuel García Castellón le ha respondido que si tiene interés en que se investigue, que se persone.

La causa trata de aclarar si Iberdrola contrató al comisario José Villarejo por un importe de un millón de euros entre 2004 y 2012 para infiltrarse en plataformas contrarias a sus intereses o investigar a un accionista crítico con su gestión, entre otras cosas.

Según fuentes jurídicas citadas por Efe, el presidente de la multinacional se ha desvinculado de la contratación de los servicios de Villarejo, y ha explicado que, dado su cargo, se centra en velar por la estrategia de la empresa y en buscar nuevas inversiones.

De hecho, ha insistido en que cada departamento –en este caso, el de seguridad dirigido entonces por el también investigado Antonio Asenjo– está habilitado para tomar decisiones de forma autónoma, motivo por el cual él nunca supo nada ni de los contratos ni de los proyectos que el comisario pudiera haber realizado.

Mención especial ha dedicado Sánchez Galán al exdirectivo de Iberdrola José Antonio del Olmo, que elaboró un informe en el que advertía de presuntas irregularidades en el pago de las facturas a Villarejo, un documento por el que la eléctrica se querelló contra éste por falsedad documental y revelación de secretos.

Sobre este punto, se ha preguntado cómo Del Olmo no lo comunicó antes a sus superiores y permaneció callado durante 14 años, máxime cuando la compañía dispone de un buzón para denunciar.

El presidente de la eléctrica, que ha contestado a preguntas del juez, de la Fiscalía Anticorrupción y de su propia defensa, ha sostenido que los servicios a Villarejo fueron una «contratación indebida» de Asenjo, que fue finalmente destituido.

Durante su interrogatorio se le ha preguntado, asimismo, por la reunión en su casa con el que fuera director de seguridad de Iberdrola, cita que publicaron algunos medios. A tenor de las mismas fuentes, Sánchez Galán ha aseverado que es una costumbre, ya que él recibe a muchos empleados en su domicilio, en el que tiene su despacho los domingos. 

Tal como obra en el sumario, entre los servicios solicitados figuraría una investigación al presidente de ACS y del Real Madrid, Florentino Pérez, por su intento de tomar el control de la compañía. Sánchez Galán ha recalcado que siente «mucho respeto» por Pérez, y ha añadido que le parece «deplorable y no admisible si le han espiado».

El presidente de Iberdrola ha tenido que comparecer en persona a pesar de que la semana pasada solicitó en un escrito hacerlo por videoconferencia.

Sin embargo, la petición fue rechazada por el titular del Juzgado Central de Instrucción número 6, al entender que «no se aprecia la concurrencia de presupuestos de utilidad para la causa que justifiquen la declaración en el modo que interesa que garanticen su eficacia y validez».

Denuncia una «campaña de acoso» 

Poco antes de la declaración de Sánchez Galán, Iberdrola ha denunciado una «campaña sistemática de acoso» contra su presidente. Considera que la imputación tiene como objetivo «derribarlo» y que la compañía cambie de manos dado su enorme valor internacional, según han indicado fuentes de la empresa.

Así, subrayan que «se ha tratado de desacreditar a Galán con una denuncia que se ha comprobado falsa y un testigo falso a quien la prensa ha descubierto un fuerte incremento patrimonial».

En este sentido, consideran que el caso se soporta solo sobre la acusación del exempleado José Antonio del Olmo, exdirector de Control de Funciones corporativas, que era el encargado de supervisar y dar el visto bueno a las facturas que le llegaban de diferentes departamentos.

A este respecto, las mismas fuentes indican que Del Olmo sostiene que avisó a su superior de una supuesta factura irregular de una empresa de Villarejo a la que se le habría dado curso y reconoce que él la firmó y que, posteriormente, registró ese informe de aviso ante un notario «para guardarse las espaldas».

Mientras, la compañía asegura que no tiene constancia documental y recuerda que acaba de ser condenado por robar documentación de Iberdrola.

«La prueba aportada, que ha supuesto la llamada del juez a Galán, es completamente falsa, reconocida y demostrada», sostienen desde la eléctrica.

Respecto a Del Olmo, precisan que «es un testigo protegido por intereses espurios al que hace una semana se le ha descubierto por parte de la prensa un incremento patrimonial de 41 viviendas sin justificar».

Florentino Pérez

Además, desde la compañía muestran su sorpresa por la personación en el caso del presidente de ACS, Florentino Pérez, contra Galán, ya que creen que no ha podido probar perjuicios, pero sí mostrar sus intereses.

A este respecto, recuerdan que Pérez intentó hace más de una década hacerse con Iberdrola y que el actual presidente de la eléctrica «lo paró». Asimismo, la compañía defiende que fue el excomisario el que intentó espiar a Iberdrola.

Finalmente, desde la eléctrica insisten en que el asunto objeto de la causa es de 2004 y que, a su juicio, está «completamente caducado», por lo que consideran que «al final del camino nunca habrá sentencia condenatoria».

«¿Entonces para qué todo esto?», se preguntan desde el grupo, restando así importancia a los hechos, ya que dicen que se está hablando de un monto de 25.000 euros, «cifra ridícula si se compara, por ejemplo, con los 22.500 millones de euros de inversión que acaba de autorizar el Reino Unido a Iberdrola».