Ramon Sola
Aktualitateko erredaktore burua / Redactor jefe de actualidad

El escenario post-Imanol: tres opciones con pros y contras y una gran incógnita

Bajo el duelo general por la despedida del de Orio, la Real tiene que elegir entrenador, entre varios perfiles diferentes. El proceso recuerda mucho al que atravesó Osasuna hace un año con el hueco también enorme dejado por Arrasate. Y este puede dar algunas pistas...

Míchel, Lopetegi y Sergio Francisco, tres vías muy diferentes para el banquillo del insustituible Imanol.
Míchel, Lopetegi y Sergio Francisco, tres vías muy diferentes para el banquillo del insustituible Imanol. (Europa Press- Real Sociedad)

La hinchada de la Real intenta asimilar la despedida de Imanol Alguacil, todavía con más dudas que certezas, pero el tándem Aperribay-Bretos tiene que ponerse ya manos a la obra y buscar nuevo entrenador. La tesitura es muy similar a la que afrontaron hace un año el presidente Luis Sabalza y el director deportivo Braulio Vázquez en Osasuna, cuando, también contra su voluntad, Jagoba Arrasate decidió no renovar y entre la afición la noticia cayó como una bomba. Los paralelismos resultan casi totales: seis años de éxitos continuos y una identificación total con la afición y la ciudad, más allá casi de lo deportivo. Hay un punto más de dificultad en el caso donostiarra, a lo que ya llegaremos.

 

Imanol Alguacil y Jagoba Arrasate, muchas similitudes, sobre todo en el adiós. (Andoni Canellada | Foku)

Entrenadores en el mercado hay a paladas, pero primero toca definir un perfil. Y hacerlo rápido porque lo lógico sería que la decisión se tome nada más concluir la temporada (finales de mayo o inicios de junio) para echar a rodar la transición con el tiempo necesario.

Los tres nombres que más circulan en estas primeras horas (saldrán muchos más) representan ya tres vías muy diferentes: una de continuidad, otra de puro estatus y la tercera de cantera.

Dejando de lado el sueño que parece imposible de Xabi Alonso (seguramente la directiva lo sondeará pero no suena factible competir con Bayern Leverkusen y menos aún Real Madrid), no ha tardado en aparecer el nombre de Míchel Sánchez, técnico del Girona. Tiene todo el sentido deportivo del mundo si se quiere dar continuidad al estilo patentado por Imanol Alguacil, que empezó a germinar con Eusebio Sacristán: posesión y presión. Míchel tiene contrato y ha dicho en las últimas horas que quiere seguir en Montilivi, pero habrá que ver cómo acaba la campaña y cuál es la voluntad del club catalán tras el desplome deportivo respecto a la anterior. El de Vallecas tiene un plus de cara a la afición: su determinación por integrarse en entornos diferentes, que ha mostrado con su aprendizaje del catalán desde el primer día para atender a los medios en su idioma.

Tampoco ha tardado en aparecer sobre la mesa un clásico, en este caso guipuzcoano: Julen Lopetegi. El de Asteasu está en paro tras su última etapa en el West Ham. Su estilo es mucho más ecléctico que el de Míchel o Imanol. Es un entrenador que se adapta a sus planteles y también a los rivales, menos rígido que el oriotarra. Para tentar a la directiva puede servir su experiencia en equipos grandes (selección estatal, Real Madrid, Oporto...) Tendría más peso que los otros perfiles para gestionar un vestuario txuriurdin que hoy día se intuye complejo. Su encaje con la Real, y especialmente con la hinchada más pasional de Anoeta, es más dudoso.

La otra opción que no cabe desdeñar es la de la continuidad dentro de la casa a través de Sergio Francisco, el entrenador del Sanse, recién renovado en una muestra de confianza. Aunque no esté en las quinielas de entrada, no sería un movimiento tan extraño si se recuerda que el propio Imanol salió de ahí, o antes Arrasate (en este caso tras ser segundo de Montanier). Habrá que ver si Imanol la ha sugerido en el ámbito interno. A su favor juega el conocimiento de la casa, el estilo y los jugadores que vienen del Sanse. También la capacidad de hacer crecer a los jóvenes, y es que, con o sin Imanol, la Real sigue teniendo una plantilla muy de futuro que necesita progresión (Oskarsson, Aranburu, Sucic, Jon Martín...)

La elección de Osasuna hace un año fue más la B que la A y la C, aunque el curriculum de Vicente Moreno no llegue al estatus de Lopetegi. Esto permite sacar también alguna conclusión a estas alturas: aunque la puntuación que esté logrando el míster valenciano sea mejor que la de la mayoría de las temporadas de Arrasate en Iruñea, sigue más cerca de salir que de renovar, lo que muestra la dificultad del relevo.

Son solo tres nombres entre muchos, pero lo que dejan claro de entrada es que hay formas muy diferentes de reemplazar (que no sustituir, porque es insustituible) al de Orio. Erik Bretos tiene varias preguntas previas que hacerse. Entre ellas, ¿se quiere mantener el sello de Imanol –un modo de juego que se ha estancado tras eclosionar con Odegaard, Silva o Merino– o hay que virar, o al menos abrir el abanico? ¿Qué aspiraciones de club hay y qué peso se da a la cantera dentro de ellas? ¿Qué quiere la grada y cuánto pesa esto en la decisión? ¿Se plantea abrir realmente una nueva era o de momento basta con capear el temporal y verlas venir?

Y hay otra pregunta, quizás la pregunta clave, para la que Aperribay debería tener respuesta ya tras la conversación que mantuvieron el jueves por la mañana, a la vuelta de Mendizorrotza, y que desencadenó la noticia. ¿Qué va a hacer Imanol desde junio, cuál es su voluntad?

Si, como Arrasate, quisiera probar en otros lares, la opción de que el nuevo entrenador pueda ser transitorio si las cosas no funcionan gana enteros. Si prefiere quedarse en Orio a descansar, será inevitable que su sombra planee sobre Zubieta y Anoeta. Parece que no habrá de momento una rueda de prensa que lo aclare –tiene sentido priorizar lo deportivo y dejar las explicaciones del adiós para finales de mayo–, pero Aperribay sí debería saberlo. 

Y es que Imanol ya no será entrenador de la Real en unas semanas, pero nadie duda de que sigue siendo el técnico más importante del club en las últimas décadas. Ni de que se va con suficiente crédito para volver casi cuando él lo decida. Como Arrasate a Osasuna, pero más aún si no emprende otro vuelo.