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Iruñea

Catalán no quiere adelantar elecciones en Nafarroa pero dice que «habrá que ver»

El presidente del Parlamento navarro y vicepresidente de UPN, Alberto Catalán, ha descartado en un primer momento adelantar las elecciones, aunque ha matizado que si la situación política «se hace insostenible habrá que hacer algo».

Catalán y Barcina, en el Consejo Político de UPN, el pasado més de diciembre. (Lander FDEZ. ARROYABE/ARGAZKI PRESS)
Catalán y Barcina, en el Consejo Político de UPN, el pasado més de diciembre. (Lander FDEZ. ARROYABE/ARGAZKI PRESS)

Catalán ha reconocido en declaraciones a Efe que el nuevo curso del Gobierno navarro se prevé «complicada». Aunque ha rechazado, de momento, adelantar las elecciones, ha matizado que si la situación política «se hace insostenible, habrá que hacer algo».

Desde la crisis suscitada tras la ruptura del pacto de Gobierno con el PSN, la formación liderada por Yolanda Barcina encara una situación institucional cada vez más complicada. El rechazo a los presupuestos de 2013 o, más recientemente, la proposición de ley presentada por PSN, Bildu, NaBai e I-E para derogar el Decreto Foral de atención sanitaria urgente son algunos de los ejemplos más recientes.

«Lo veo complicado por la situación política, pero también por la económica», ha dicho, y ha añadido que en lo político «es preocupante», no solo por la existencia de un Gobierno en minoría sino además por «una oposición con mayoría que no actúa con la responsabilidad que cabría esperar».

Mientras, en lo económico ha apuntado que Nafarroa está «mejor que otras regiones» pero la ciudadanía «lo está pasando mal», por lo que ha subrayado que sería necesario que el Gobierno «adoptara medidas e iniciativas que permitan paliarla».

El problema es para Catalán que, tanto desde un punto de vista político como desde el económico, las posibles soluciones pasan por «debatir y confrontar ideas para alcanzar un consenso» que permita «poner en marcha iniciativas respaldadas por una amplia mayoría», pero conseguirlo requiere «un esfuerzo» por parte del Gobierno y «anteponer el interés de la comunidad al del partido» en el caso de la oposición.

Un objetivo que reconoce que en estos momentos ve difícil y al que ha unido para agravar la situación «el descrédito que sufre la clase política» por unos comportamientos que ha calificado de «rechazables, decepcionantes, vergonzosos e inadmisibles».

Caja Navarra y Bárcenas

Al respecto, y tras comentar que a su juicio en Caja Navarra lo que ha habido son «errores o comportamientos que no gustan al ciudadano, y es normal», en el caso de los partidos ha indicado que «parece mentira que no se aprenda del pasado».

Ha criticado así que el PP esté dando con el caso Bárcenas «un ejemplo bastante nefasto de lo que es hacer política», si bien piensa que este asunto no tiene por qué incidir de una manera directa en Nafarroa, comunidad en la que sostiene que en todo caso son «UPN y PSN quienes están condenados a entenderse» pese a las actuales diferencias.

Alberto Catalán y el expresidente navarro Miguel Sanz son las cabezas más visibles del sector descontento con la gestión de Barcina, especialmente por su acercamiento al PP, que provocó el distanciamiento con el PSN y su expulsión del Gobierno navarro, dejando a UPN en minoría en el Parlamento.

Barcina lanzó un órdago la semana pasada y amenazó con romper el Gobierno y convocar elecciones anticipadas, forzando así un acuerdo con sus críticos en UPN de cara a la celebración del congreso de este partido, el 17 de marzo en el Baluarte de Iruñea.