El reverendo protestante Ian Paisley, exministro principal norirlandés y fundador del Partido Democrático Unionista (DUP) en 1971, ha fallecido hoy a los 88 años, según ha informado su esposa Eileen.

Líder del unionismo en el norte de Irlanda, sufría problemas de salud en los últimos años y en 2012 padeció un ataque al corazón.

El que a la postre sería una de las figuras clave en el proceso de paz y era conocido por su famosa frase «nunca, nunca, nunca» y por no ofrecer «ni una pulgada» a sus enemigos fue uno de los más férreos detractores del proceso de paz con el Ejército Republicano Irlandés (IRA) que culminó con los Acuerdos de Viernes Santo en 1998.

Tras décadas de rechazo total hacia los republicanos y en particular hacia el Sinn Féin, al que consideraba su enemigo, a partir de 2007 compartió el recién creado Gobierno norirlandés precisamente con la formación republicana. El 8 de mayo de ese año, el líder unionista y el republicano y excomandante del IRA Martin McGuinness tomaron posesión de sus cargos de primer y viceprimer ministro, respectivamente, y comparecieron juntos muy sonrientes.

«Creo desde el fondo de mi corazón que ha llegado el momento para la paz», manifestó entonces Paisley, mientras McGuinness resaltaba el comienzo de «una nueva era política».

Tras ejercer durante 37 años el liderazgo del DUP y de la fundamentalista Iglesia Presbiteriana Libre, Paisley abandonó la jefatura del partido y dejó el Ejecutivo multipartidista de Stormont en 2008, pasando el testigo a Peter Robinson.

Dos años más tarde se retiró definitivamente de la política tras dejar su escaño en el Parlamento de Westminster.

McGuinness lamenta su muerte

En un comunicado, McGuinness ha lamentado su muerte. «Durante décadas fuimo oponentes políticos y mantuvimos puntos de vista muy diferentes en muchas cuestiones, pero en una cosa estábamos absolutamente unidos: el principio de que nuestro pueblo era más capaz de gobernarse a sí mismo que ningún Gobierno británico».

El dirigente republicano ha elogiado particularmente «el trabajo que hizo en los últimos días de su vida política para generar acuerdo y llevar al unionismo hacia un nuevo acomodo con republicanos y nacionalistas».

Ha señalado que durante el tiempo que trabajaron juntos forjaron «una amistad que, pese a nuestras muchas diferencias, duró más allá de su mandato».