Vladimir Putin ha prometido a Rusia dar la vuelta a la actual crisis económica en «un plazo máximo» de dos años. El presidente ruso compareció horas después de la fuerte caída del rublo. Sin embargo, ha admitido la dificultad de realizar cualquier predicción por las «muchas incertidumbres» que rodean el caso.
En este sentido ha apuntado a las autoridades de Kiev, a quienes ha acusado de llevar a cabo «una operación de castigo» contra los rebeldes del este, y a occidente, de actuar «como un imperio» dictando qué hacer «a sus vasallos». Asimismo, Putin ha rechazado las sanciones que el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, afirmó que «podrían ser levantadas en semanas o días». «Son sanciones, al parecer, preparadas durante décadas», ha subrayado Putin.
Putin ha atribuído el desplome del rublo y de la bolsa rusa a estos factores externos, pero asumiendo también que Rusia no ha dado los pasos necesarios para «diversificar su economía», dependiente de las exportaciones de petróleo. Finalmente, ha señalado que las recientes medidas adoptadas por el Gobierno y el Banco Central de Rusia para estabilizar la situación en el mercado «han sido adecuadas», pero ha reconocido que algunas acciones podía haber sido adoptadas con más celeridad.